FORT MYERS, Florida – Durante la primera semana de los entrenamientos de los Rays, Chris Archer se dio cuenta rápidamente de todo lo que ha cambiado durante su ausencia del equipo. Los muchachos que conocía como unos jóvenes jugadores son ahora titulares y cuentan con una experiencia significativa de postemporada. ¿Y aquel campocorto, de quien Archer fue mentor en alguna oportunidad?
“Oye, te conocí cuando tenías 20 años. Ahora tienes 25”, le dijo Archer al dominicano Willy Adames. “Ya no eres un niño, ya eres adulto”.
Más que eso, Adames es un líder. Tiene una habilidad natural de unir a sus compañeros, siendo la figura central de la cultura de la cueva de los Rays y el mentor de un gran grupo prospectos que están ahora en los campamentos de Grandes Ligas.
El exdirector de las fincas de los Rays, Mitch Lukevics, reconoció esa actitud y carisma de Adames hace mucho tiempo, cuando el dominicano aún era una joven promesa. El patrullero quisqueyano Manuel Margot, quien compartió cuarto con Adames durante la cuarentena del año pasado, tiene un puesto perfecto para su compañero.
“Realmente bromeo con él diciéndole que algún día será el capitán de este equipo”, dijo Margot. “Es ese tipo de jugador que, sin importar la posición en la que juegue, siempre quiere ayudar”.
El deseo de ayudar a otros de Adames quedó en evidencia en el escenario más importante del juego en octubre pasado, cuando era el primer jugador en salir de la cueva para chocar antebrazos con Brandon Lowe o para un breve baile con el cubano Randy Arozarena. No hay tantos reflectores ahora en el Charlotte Sports Park durante los entrenamientos de la mañana, pero la audiencia no cambia su actitud.
“Sólo intento ser un buen compañero. Quiero ayudar a los muchachos que puedo o a quien sea que esté a mi alrededor”, dijo Adames. “Especialmente si es un compañero de equipo, porque quiero que sigan mejorando siempre. Quiero que nuestro equipo sea el mejor, así que si puedo aportar en eso, estoy dispuesto a hacerlo”.
Con un importante grupo de jóvenes y talentosos infielders en los entrenamientos, los Rays cuentan con que Adames sirva de líder en el terreno. El quisqueyano confesó de forma modesta recientemente que no hay mucho que le pueda enseñar a a su compatriota Wander Franco, pero está dispuesto a ayudar en lo que sea necesario. Está claro que estos jóvenes jugadores lo miran a él de la manera en la que el oriundo de Santiago admiró a Archer o al quisqueyano Carlos Gómez cuando llegó a las Mayores.
El cuarto mejor prospecto de Tampa Bay, el dominicano Vidal Bruján, dijo que ha seguido los consejos de Adames sobre cómo hacer mejor ciertas jugadas en el cuadro y cómo saltar al terreno sin presión. Greg Jones, la 13ra mejor promesa, afirmó que quiere ver cómo se comporta Adames,para aprender a “ser un ligamayorista”. Taylor Walls (18vo prospecto) describió a Adames como el “pegamento” del grupo, aligerando siempre el ambiente y manteniéndolos competitivos.
Hay una parte en esa dinámica que puede resultar incómoda: En cierto punto, uno de esos jóvenes superará a Adames como el campocorto titular de los Rays. Siendo elegible para una audiencia de arbitraje salarial el próximo año, ya varios equipos han preguntado por él en pláticas sobre potenciales canjes, entendiendo que Tampa Bay tiene múltiples opciones para las paradas cortas. Pero Adames no lo ve de esa manera.
“No tengo de qué preocuparme, porque nadie me quitará el puesto. Quiero que mejoren”, dijo. “Tendrán que hacer lo suyo para llegar a Grandes Ligas y mantenerse aquí. Yo tengo que hacer lo mío y seguir mejorando. Entonces, no pienso en eso. Sólo soy otro muchacho que está intentando ayudar a sus compañeros”.
El director de scouting profesional Kevin Ibach reconoció esas características de Adames hace siete años, cuando era uno de los scouts de los Rays y Adames fue el jugador clave que obtuvo el equipo en el canje de David Price en la fecha límite de cambios del 2014. En el reporte inicial que envió, Ibach señaló que Adames parecía tener una presencia unificadora en su equipo de Clase-A, llevándose bien con los diferentes grupos de jugadores.
En ese aspecto, Adames no ha cambiado mucho en siete años.
“En su ascenso, era el líder de cualquier nivel”, dijo el manager de los Rays, Kevin Cash. “Entonces, es normal que eventualmente haya hecho eso. Ni siquiera sé si Willy se considera un líder en la cueva. Sé que hay mucha gente que piensa así, pero Willy no está tratando de hacer otra cosa sino ser él mismo”.
Adames siempre lo ha hecho de esa manera. Era un poco tímido cuando llegó inicialmente a la organización, poco seguro de cómo expresarse en algunas situaciones, temeroso de ser percibido de la manera incorrecta si no decía las palabras adecuadas. Pero cada vez se sintió más cómodo con el inglés y empezó a conocer mejor a sus compañeros.
“Sencillamente disfruto el juego. Me gusta jugar”, dijo Adames. “Cuando a alguien le va bien lo disfruto también, porque quiero que se sientan así mismo cuando yo estoy bateando. Quiero que se sientan así en general. Me gusta llevar esa energía. Es algo que llega de manera natural”.
Adames les otorga crédito a sus padres por inculcarle eso. Le enseñaron humildad, con su padre trabajando todos los días para poder llevar comida a la mesa y su madre cuidando de él y de su hermana. El torpedero cuenta que cuando llegó a las Mayores, se ocupó de sus padres y les dijo que no tendrían que trabajar nunca más.
Cuando Adames publica algo en su cuenta en Instagram, normalmente utiliza la etiqueta #NoBookBag -- traducción de la frase dominicana “No Bulto” -- como un recuerdo de mantenerse humilde.
“Simplemente estoy tratando de disputar la mayor cantidad de juegos y tratar de hacer lo mejor que puedo este año, porque sé que puedo hacer más de lo que he hecho en el pasado”, dijo Adames. “No he dado lo mejor; sólo estoy tratando de tener mi mejor temporada y ayudar al equipo a regresar a la Serie Mundial”.
Con eso en mente, Adames se planteó mejorar en el receso de temporada. Por bien que se viera en el plato durante la primera mitad del año pasado, tuvo problemas en septiembre y bateó apenas .136 en la postemporada. Dos semanas después de que la Serie Mundial terminara con él ponchándose ante el mexicano Julio César Urías, Adames viajó a Miami para entrenar en su bateo con el instructor Lorenzo Garmendia, recomendado por Mookie Betts. El coach de bateo de los Rays, Chad Mottola, indicó que los cambios que ha hecho Adames ayudarán al dominicano a reaccionar mejor ante los pitcheos pegados y a utilizar todo el terreno.
“Tuve problemas. Fueron probablemente mis dos o tres peores semanas al bate”, dijo Adames. “Si alguien como Mookie se me acerca, obviamente haré caso. Creo que me ayudó mucho. Me siento muy, muy cómodo en el plato ahora. No estoy todavía en donde quiero, pero estamos trabajando en eso”.
Los ajustes de Adames son un recordatorio de que, con apenas tres años y 291 partidos de experiencia en la Mayores, aún no es un producto terminado. Pero ya es un líder en el clubhouse, un mentor de los infielders y, para satisfacción de Archer, un adulto.
“Marca el paso. Les enseña el camino a esos muchachos”, dijo Cash. “Ellos miran cómo él practica. Ven cómo trabaja... es el líder de ese grupo y ellos miran la energía que aporta. Creo que esos muchachos dicen, ‘Si voy a estar en el terreno con él, tengo que tener su misma energía’”.
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“Oye, te conocí cuando tenías 20 años. Ahora tienes 25”, le dijo Archer al dominicano Willy Adames. “Ya no eres un niño, ya eres adulto”.
Más que eso, Adames es un líder. Tiene una habilidad natural de unir a sus compañeros, siendo la figura central de la cultura de la cueva de los Rays y el mentor de un gran grupo prospectos que están ahora en los campamentos de Grandes Ligas.
El exdirector de las fincas de los Rays, Mitch Lukevics, reconoció esa actitud y carisma de Adames hace mucho tiempo, cuando el dominicano aún era una joven promesa. El patrullero quisqueyano Manuel Margot, quien compartió cuarto con Adames durante la cuarentena del año pasado, tiene un puesto perfecto para su compañero.
“Realmente bromeo con él diciéndole que algún día será el capitán de este equipo”, dijo Margot. “Es ese tipo de jugador que, sin importar la posición en la que juegue, siempre quiere ayudar”.
El deseo de ayudar a otros de Adames quedó en evidencia en el escenario más importante del juego en octubre pasado, cuando era el primer jugador en salir de la cueva para chocar antebrazos con Brandon Lowe o para un breve baile con el cubano Randy Arozarena. No hay tantos reflectores ahora en el Charlotte Sports Park durante los entrenamientos de la mañana, pero la audiencia no cambia su actitud.
“Sólo intento ser un buen compañero. Quiero ayudar a los muchachos que puedo o a quien sea que esté a mi alrededor”, dijo Adames. “Especialmente si es un compañero de equipo, porque quiero que sigan mejorando siempre. Quiero que nuestro equipo sea el mejor, así que si puedo aportar en eso, estoy dispuesto a hacerlo”.
Con un importante grupo de jóvenes y talentosos infielders en los entrenamientos, los Rays cuentan con que Adames sirva de líder en el terreno. El quisqueyano confesó de forma modesta recientemente que no hay mucho que le pueda enseñar a a su compatriota Wander Franco, pero está dispuesto a ayudar en lo que sea necesario. Está claro que estos jóvenes jugadores lo miran a él de la manera en la que el oriundo de Santiago admiró a Archer o al quisqueyano Carlos Gómez cuando llegó a las Mayores.
El cuarto mejor prospecto de Tampa Bay, el dominicano Vidal Bruján, dijo que ha seguido los consejos de Adames sobre cómo hacer mejor ciertas jugadas en el cuadro y cómo saltar al terreno sin presión. Greg Jones, la 13ra mejor promesa, afirmó que quiere ver cómo se comporta Adames,para aprender a “ser un ligamayorista”. Taylor Walls (18vo prospecto) describió a Adames como el “pegamento” del grupo, aligerando siempre el ambiente y manteniéndolos competitivos.
Hay una parte en esa dinámica que puede resultar incómoda: En cierto punto, uno de esos jóvenes superará a Adames como el campocorto titular de los Rays. Siendo elegible para una audiencia de arbitraje salarial el próximo año, ya varios equipos han preguntado por él en pláticas sobre potenciales canjes, entendiendo que Tampa Bay tiene múltiples opciones para las paradas cortas. Pero Adames no lo ve de esa manera.
“No tengo de qué preocuparme, porque nadie me quitará el puesto. Quiero que mejoren”, dijo. “Tendrán que hacer lo suyo para llegar a Grandes Ligas y mantenerse aquí. Yo tengo que hacer lo mío y seguir mejorando. Entonces, no pienso en eso. Sólo soy otro muchacho que está intentando ayudar a sus compañeros”.
El director de scouting profesional Kevin Ibach reconoció esas características de Adames hace siete años, cuando era uno de los scouts de los Rays y Adames fue el jugador clave que obtuvo el equipo en el canje de David Price en la fecha límite de cambios del 2014. En el reporte inicial que envió, Ibach señaló que Adames parecía tener una presencia unificadora en su equipo de Clase-A, llevándose bien con los diferentes grupos de jugadores.
En ese aspecto, Adames no ha cambiado mucho en siete años.
“En su ascenso, era el líder de cualquier nivel”, dijo el manager de los Rays, Kevin Cash. “Entonces, es normal que eventualmente haya hecho eso. Ni siquiera sé si Willy se considera un líder en la cueva. Sé que hay mucha gente que piensa así, pero Willy no está tratando de hacer otra cosa sino ser él mismo”.
Adames siempre lo ha hecho de esa manera. Era un poco tímido cuando llegó inicialmente a la organización, poco seguro de cómo expresarse en algunas situaciones, temeroso de ser percibido de la manera incorrecta si no decía las palabras adecuadas. Pero cada vez se sintió más cómodo con el inglés y empezó a conocer mejor a sus compañeros.
“Sencillamente disfruto el juego. Me gusta jugar”, dijo Adames. “Cuando a alguien le va bien lo disfruto también, porque quiero que se sientan así mismo cuando yo estoy bateando. Quiero que se sientan así en general. Me gusta llevar esa energía. Es algo que llega de manera natural”.
Adames les otorga crédito a sus padres por inculcarle eso. Le enseñaron humildad, con su padre trabajando todos los días para poder llevar comida a la mesa y su madre cuidando de él y de su hermana. El torpedero cuenta que cuando llegó a las Mayores, se ocupó de sus padres y les dijo que no tendrían que trabajar nunca más.
Cuando Adames publica algo en su cuenta en Instagram, normalmente utiliza la etiqueta #NoBookBag -- traducción de la frase dominicana “No Bulto” -- como un recuerdo de mantenerse humilde.
“Simplemente estoy tratando de disputar la mayor cantidad de juegos y tratar de hacer lo mejor que puedo este año, porque sé que puedo hacer más de lo que he hecho en el pasado”, dijo Adames. “No he dado lo mejor; sólo estoy tratando de tener mi mejor temporada y ayudar al equipo a regresar a la Serie Mundial”.
Con eso en mente, Adames se planteó mejorar en el receso de temporada. Por bien que se viera en el plato durante la primera mitad del año pasado, tuvo problemas en septiembre y bateó apenas .136 en la postemporada. Dos semanas después de que la Serie Mundial terminara con él ponchándose ante el mexicano Julio César Urías, Adames viajó a Miami para entrenar en su bateo con el instructor Lorenzo Garmendia, recomendado por Mookie Betts. El coach de bateo de los Rays, Chad Mottola, indicó que los cambios que ha hecho Adames ayudarán al dominicano a reaccionar mejor ante los pitcheos pegados y a utilizar todo el terreno.
“Tuve problemas. Fueron probablemente mis dos o tres peores semanas al bate”, dijo Adames. “Si alguien como Mookie se me acerca, obviamente haré caso. Creo que me ayudó mucho. Me siento muy, muy cómodo en el plato ahora. No estoy todavía en donde quiero, pero estamos trabajando en eso”.
Los ajustes de Adames son un recordatorio de que, con apenas tres años y 291 partidos de experiencia en la Mayores, aún no es un producto terminado. Pero ya es un líder en el clubhouse, un mentor de los infielders y, para satisfacción de Archer, un adulto.
“Marca el paso. Les enseña el camino a esos muchachos”, dijo Cash. “Ellos miran cómo él practica. Ven cómo trabaja... es el líder de ese grupo y ellos miran la energía que aporta. Creo que esos muchachos dicen, ‘Si voy a estar en el terreno con él, tengo que tener su misma energía’”.
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