domingo, 10 de mayo de 2009

EL DOPAJE ES EL PRINCIPAL FLAGELO DEL DEPORTE ACTUAL

CON LOS CAMPEONES
MARIO EMILIO GUERRERO
LISTIN DIARIO
El consumo por parte de los atletas, de sustancia prohibidas para mejor el rendimiento, es el principal flagelo que azota el deporte en la actualidad y no obstante los esfuerzos mundiales que buscan erradicarlo, desgraciadamente, resultará imposible su extirpación en forma definitiva. Es que la tentación a que se ven sometidos los competidores y sus entrenadores es tremenda, porque la recompensa en términos de plata y prestigio, para quien alcanza el éxito, es enorme. El gran dinero envuelto en los eventos deportivos, producto de las transmisiones por televisión y de los patrocinios de las grandes empresas e incluso, la presión de la misma Sociedad, que exige mejores marcas y resultados, llevan a los atletas a buscar la superación por la vía que sea, sin importar las consecuencias y aun excediendo sus propias limitaciones físicas. El riesgo de ser descubiertos o de afectar seriamente su salud, no impide que el deportista se lance tras la consecución del triunfo, presionado por su entorno, conformado por representantes, preparadores y auspiciadores económicos, y deslumbrado por la botija de oro al final del arco iris, que al final es lo que cuenta y nada más.
No es ahora
El doping ha existido desde tiempos inmemorables y no tan sólo en el deporte, puesto que el hombre ha tratado, desde su aparición en la faz de la tierra, de mejorar su capacidad productiva e intelectual, a través del consumo de sustancias naturales o químicas. El dopaje ha llegado a ser hasta parte de una estrategia de Estado, en naciones que mediante el éxito de sus atletas han buscado promover una determinada ideología política. Tal fue el caso de la desaparecida República Democrática Alemana o Alemania Oriental, cuyo gobierno apoyó en los años 70 y 80 un programa de dopaje a gran escala, principalmente entre atletas del sexo femenino, que cuando fue descubierto, tras la caída del Muro de Berlín, causó estupor en el mundo, que conoció como miles de jovencitas, de hasta 12 años de edad, sufrieron deformaciones hormonales y físicas al ser utilizadas como vehículos escogidos para demostrar que el socialismo era mejor que el capitalismo.
Época de terror
El proyecto olímpico de la Alemania del Este es catalogado como un experimento animal en gran escala realizado en seres humanos y los testimonios de las competidoras que participaron en el programa son escalofriantes. Durante el juicio a Manfred Ewald y Manfred Hoppner, jefe y director médico, respectivamente, del proyecto, la antigua lanzadora de disco Brigitte Michel declaró “no había un solo día sin dolor” y Carola Beraktschjan, quien fuera plusmarquista mundial de natación, expresó “fue aterrador lo que hicieron con nosotras, yo tomaba hasta treinta píldoras diarias. Siempre nos dijeron que eran vitaminas, nadie dudaba que hubiera que tomarlas, pues había que seguir los reglamentos”. Mientras que Simone Machalett ex-campeona del impulso de bala dijo “parecíamos hombres y hablábamos como hombres”. A pesar de estas historias de horror y de que se cuentan por miles los casos de deportistas que han sufrido graves daños en su salud, la vorágine del doping lamentablemente continúa en aumento. Esto ha traído como consecuencia, que cada vez que un atleta logra un nuevo récord o una actuación extraordinaria, su hazaña se cubra con un manto de dudas y sospechas. De inmediato surge la pregunta, ¿se habrá dopado?
No es de extrañar
Por todo lo anterior, es que personalmente no me resulta extraño que peloteros como Alex Rodríguez y Manny Ramírez, así como otros de igual calidad, apelen al dopaje para multiplicar su talento en busca de salarios multimillonarios. Al final, ellos saldrán perdiendo, porque su prestigio quedará enlodado para siempre y muy tarde se darán cuenta de que el dinero es importante, pero no lo es todo en la vida. Sin embargo, en lo que ellos se percatan de su colosal metida de pata, la gran perdedora en estos momentos es Republica Dominicana, pues aquellos que no pierden ninguna oportunidad para magnificar nuestros errores, tendrán otro motivo, además de los múltiples casos de engaños con las edades y de la mafia alrededor de los bonos a los prospectos, para presentarnos al mundo como una nación donde impera la cultura del fraude.

NOTA: YO LE AGREGARIA, SEÑOR GUERRERO, QUE SOMOS UN REFLEJO DE NUESTROS GOBIERNOS.
EXCELENTE COLUMNA.