El cubano, previo a su reincorporación con los Rays, se dio el tiempo de participar en un peculiar juego en tierras mexicanas
El pelotero cubano Randy Arozarena, estrella de los Tampa Bay Rays de la MLB, compartió un juego en su tiempo libre con reclusos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Mérida, Yucatán.
Randy Arozarena estuvo en tierras yucatecas antes de viajar a Estados Unidos para reintegrarse a los entrenamientos de la novena de las Liga Mayores y aprovechó su estancia para acudir al Cereso a disputar un encuentro con los reclusos.
El cubano, quien en la pasada postemporada se convirtió en la sensación de los Rays al guiarlos a su segunda Serie Mundial, llegó al lugar el día del encuentro y tuvo que pasar todos los protocolos sanitarios ante la pandemia que se vive por Covid-19 y posterior a ello ingresó al campo con un tapabocas para jugar.
Randy Arozarena se destapó con dos cuadrangulares en un juego con reclusos en Mérida Cortesía
Arozarena sorprendió a los reclusos del Cereso de Mérida, ya que no esperaban compartir el diamante del centro penitenciario con el pelotero que resaltó en los playoffs de la temporada anterior gracias a sus 10 cuadrangulares y 14 carreras impulsadas.
Al igual que en la atípica postemporada, el toletero lució con un par de cuadrangulares, uno en la tercera entrada y otro en la quinta, lo que de inmediato arrancó los aplausos de los presentes.
El juego terminó con victoria para su novena y una gran actuación desde el montículo, en la caja de bateo y también robando bases.
Randy Arozarena lució tanto en el montículo como en la caja de bateo Cortesía
Arozarena se desarrolló en México como pelotero, estuvo en la Academia de los Toros de Tijuana y fue precisamente con los Toritos con los que resaltó en el rubro de bateo y bases robadas.
Su desempeño acaparó las miradas de los St. Louis Cardinals, que en el 2016 lo firmaron por un contrato de 1.25 millones de dólares a los 21 años de edad y llegó a las ligas menores para buscar un mayor desarrollo.
Randy Arozarena también jugó en la Liga Mexicana del Pacífico con los Mayos de Navojoa, antes de emigrar al béisbol de Estados Unidos y fue en el 2020 cuando llegó a los ahora monarcas de la Liga Americana.
Con este último equipo resaltó gracias a los cuadrangulares que le conectó a los New York Yankees y también a los Houston Astros antes de instalarse en el Clásico de Otoño que finalmente perdieron con Los Angeles Dodgers. El cubano, haciendo gala de sus botas de poder, fue nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Actualmente, el pelotero ya trabaja con su equipo de la Gran Carpa, pero antes de viajar a Estados Unidos fue cuando se dio tiempo para jugar un encuentro en el Cereso de Mérida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario