jueves, 13 de agosto de 2020

Carlos Santana, una máquina de embasarse

 


CLEVELAND – Cuando el primera base dominicano Carlos Santana regresó a Cleveland el año pasado después de pasar la temporada del 2018 en Filadelfia, no paraba de repetir lo feliz que estaba de haber regresado a su casa. Esos sentimientos no han desaparecido, y ahora Santana tiene otras dos razones para celebrar.

El martes ante los Cachorros, Santana recibió su boleto 858 con la Tribu, apoderándose así del segundo lugar de todos los tiempos en la historia de la franquicia, dejando atrás a Tris Speaker (857) y colocándose sólo por detrás de Jim Thome (1,008).

“Trabajé bien duro para eso”, dijo Santana. “Gracias a Dios, por darme la habilidad para eso y por mi carrera. Estoy trabajando duro y pienso que Dios me dio esa habilidad para poder reconocer la zona de strike. Me sorprende todo lo que está pasando en estos momentos”.

Aunque el toletero--quien cargó con la ofensiva de los Indios durante la temporada 2019--todavía no ha encontrado su ritmo en el plato (promedio de .182), su porcentaje de embasarse es de .430 gracias a la ayuda de 24 boletos, la mayor cantidad en Grandes Ligas.

Para poner esa cantidad de pasaportes en contexto, si Santana mantuviese su paso actual en una temporada de 162 juegos (lo que, por supuesto, no podrá hacer en el 2020), terminaría el año con 218 bases por bolas. Y no, no se trata de un número normal. El único bateador en conseguir una campaña de 200 bases por bolas o más en la historia de MLB es Barry Bonds, quien negoció 232 en el 2004. Pero incluso el mismísimo Bonds cruzó ese umbral de los 200 pasaportes en una sola ocasión.

Los problemas de Santana con el madero hacen de ese total de boletos algo todavía más impresionante. Bonds infundía miedo en cada lanzador que enfrentaba en esos primeros años de la década de los 2000; más de la mitad de esas 232 transferencias que recibió en el 2004 fueron intencionales (120). Mientras tanto, Santana, quien ha empujado tres carreras esta temporada, está empatado con la sexta mayor cantidad de bases por bolas tras los primeros 19 juegos de un equipo en una campaña en la historia (y la tercera mayor cifra desde Bonds, detrás de Jim Thome en el 2007 y Joey Votto en el 2013). Ha hecho todo eso sin conseguir un solo pasaporte intencional, y ninguno de los bateadores al frente de esa lista tenía un slugging ni remotamente tan bajo como el .255 de Santana.

“Él no se sale mucho de la zona”, dijo sobre Santana el manager de los Indios, Terry Francona. “De hecho, pienso que es algo muy bueno. Porque puede que su promedio de bateo no sea muy bueno, pero no está tratando de salir del slump a batazos yendo a buscar pitcheos malos. Porque eso lo único que haría es bajarle más su promedio y además no se embasaría. Al menos mientras no está bateando como lo sabe hacer, se está embasando muchísimo. Eso siempre es bueno.

“Me impresiona lo violento que puede ser su swing y que a la vez no se sale mucho de la zona”, siguió Francona. “Sus manos son tan fuertes que puede detener el swing. Es algo que me impresiona”.


Mientras Santana está dejando su marca en los libros de récords de los Indios, también consiguió otro hito en su carrera personal, pues el miércoles llegó a 10 años de servicio en las Grandes Ligas.

“Le doy las gracias a Dios por darme mi carrera y 10 años de servicio”, señaló Santana. “Estoy muy emocionado por eso. Y gracias a mis compañeros y a mi familia, a todos los que me apoyan. Estoy agradecido con todas las personas que me han ayudado, especialmente en los momentos difíciles que siempre hay. Gracias a todos por apoyarme y trabajar conmigo. Estoy emocionado por eso y muy feliz. Ahora tengo que seguir para adelante. Con suerte voy a poder jugar otros cinco años, uno nunca sabe. Pero ésa es mi mentalidad ahora mismo”.

Mandy Bell está a cargo de la cobertura de los Indios para MLB.com.

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