domingo, 13 de marzo de 2016
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES ABUSADA
A pesar de ser hombre, nos hemos sentido muchas veces ruborizados al escuchar a diario a elementos que hacen uso de los medios electrónicos de comunicación expresando algún disgusto con palabras y frases propias del más oscuro gañán.
Y no somos timoratos, somos gente de mente abierta, pero la abertura tiene un límite, así como lo tiene la Libertad de Expresión y Difusión del Pensamiento, derecho que hemos defendido con calor en diferentes épocas.
No somos personas atrasadas, a pesar de nuestros largos años de vida, ni de pensamiento estrecho. Hemos tratado de adaptarnos a los tiempos que corren, para no quedaros atrás y ser arrastrados como yesca que se llevan los vientos. Sí, es cierto, venimos de la escuela vieja, aquella que nos enseñó a hacer buen uso del idioma y que cuando fuésemos a utilizar cualquier medio de comunicación, teníamos que hacerlo de acuerdo a las reglas y a las buenas costumbres.
En los tiempos actuales no es raro ver y escuchar a elementos improvisados como comunicadores y productores que fundamentan sus ideas y las propagan con palabras y frases soeces, hirientes y propias de gañanes, de gente de baja estofa y de un escaso o ningún vocabulario que se asemeje a la decencia.
Se está hiriendo al público. Se está promoviendo la indecencia al más alto grado. Se está promoviendo un lenguaje vulgar e insolente, cuando los medios que el modernismo ha puesto en manos de la sociedad de hoy ha sido para elevar el acervo cultural del pueblo común.
Hay elementos que externan por los medios de comunicación sus rabias con un vocabulario que espanta. Venimos de una escuela que nos enseñó respeto por el público, sobre todo, respeto y ecuanimidad hacia la niñez, sector al que estamos obligados a brindarle enseñanza y compostura.
Es tiempo de hacer un alto en ese camino del desenfreno. Tiempo de que algún organismo del Estado se encargue de poner las cosas en el sitio que le corresponde. Ese desenfreno en el hablar o expresarse no debe continuar en la forma en que discurre.
Que nos llamen atrasados, seniles, o cualquier otro improperio, pero esto no puede continuar así. ¿Qué son otros tiempos? ¿Qué es una forma de buscar notoriedad? ¡Entonces, vaya con los nuevos tiempos, con la infame manera de ser notorios!
Esto que escribimos y decimos, lo hacemos en momentos en que nos sentimos abatidos al ver el rumbo que ha tomado la radio y la televisión en nuestro país, en muchos de los cuales se ha perdido la decencia y el respeto que se merece el público.
Ramón De Luna
13 de marzo, 2016
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