LICEY
SANTO DOMINGO (Licey.com).- Durante su carrera en el béisbol invernal, periodistas, las masas de aficionados y jugadores llamaron al poderoso bateador Bernardo Brito por el cariñoso apodo de “El Pupo” o simplemente “Pupo” Brito.
Años después de su retiro, cuando sus enormes batazos y la captura de tres lideratos de carreras impulsadas son recuerdos, es cuando el propio Brito aclara que no se trata “Pupo” sino de “El Pulpo”.
“El apodo me lo puso Víctor Mata” (ex jugador y cazatalentos), “porque yo era buzo y atrapaba muchos pulpos”, aseguró el nativo de Palenque, San Cristóbal, cuando fue entrevistado en el Pre-Show de televisión de los Tigres del Licey, antes del partido contra los Toros del Este, el miércoles 17 de noviembre de 2010.
Brito, quien con frecuencia es citado por ser uno de los pocos mortales que bateó una pelota sobre el alto paredón de los 411 pies del center-field del Estadio Quisqueya de Santo Domingo, recreó algunas de sus vivencias con los productores del Pre-Show, Ildefonso Ureña y Alberto Rodríguez.
Recordó que su cuadrangular sobre los 411 fue ante el relevista derecho de los Leones del Escogido, Ramón Mañón. “Hace poco me encontré con él en Brooklin (Nueva York) y me dice, ‘qué palo me diste’, y yo le contesté: eso fue un accidente”.
Humilde al extremo, recordó que en cierta ocasión fue electo como “Pelotero Estrella de la Semana”. El día de la premiación acudió a recibir su galardón. Esa noche, el Licey jugaba contra las Águilas, en Santiago, pero cuando llegó al estadio Quisqueya para abordar el transporte junto a sus compañeros del equipo, el autobús había partido.
“Me fui en una ‘voladora’ (un minibús que va tomando pasajeros) y cuando llegué a Santiago, sólo faltaban cinco minutos para comenzar el juego. Alguien me dijo, ‘coge un bate, que vas a jugar’, y de una vez disparé un hit”, contó “El Pulpo”, con su característico hablar entrecortado.
Brito, quien culminó su carrera en el béisbol invernal con 32 cuadrangulares, aseguró que en su trayectoria de Ligas Menores, en Estados Unidos, sumó la enorme cantidad de 281 vuelacercas. También jugó dos años en Japón, de ahí fue a la Liga de Taiwan y finalizó en la de México.
Ganó tres lideratos de carreras impulsadas en la Liga, con los Tigres del Licey. La primera fue en la campaña 1985-86, con 39, en un triple empate con los refuerzos Mike Brewers, de los desaparecidos Caimanes del Sur; y Tim Tolman, de los Azucareros o Toros del Este. Repitió en 1989-90 con 38 y la última en 1990-91, cuando culminó con 31.
“El Pulpo” no terminó su carrera invernal con el Licey, ya que en las postrimerías pasó en un canje a las Estrellas Orientales. De ese período también guarda recuerdos.
Uno de ellos fue cuando le disparó un enorme cuadrangular al estelar azul José Rijo. “Se la metí a Dominic”, le comentó sonriente a Ureña y a Rodríguez. Esa era una valla bien alta, colocada a más de 400 pies del home, próximo al paredón del jardín central.
Otro bambinazo que comentó, fue uno para dar un triunfo a las Estrellas en un playoff. “Es que estaba incómodo, por el cambio del Licey”, sostuvo “El Pulpo”, quien enseña a niños a jugar pelota, en espera de trabajar en algún punto del béisbol profesional.
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