Los Lakers, poco a poco, empiezan a recuperar sus señas de identidad, que han de pasar obligatoriamente, vista su plantilla, por el regreso de la mejor versión del dúo ganador Kobe Bryant-Pau Gasol.
Anoche, ambos funcionaron y fue Gasol y no Bryant el que decidió con su juego en los minutos finales. Fue en su antigua casa de Memphis, ante unos Grizzlies que marchan a la deriva sin Marc Gasol y que anoche tuvieron que jugar sin su base titular, Mike Conley.
Por otra parte, OKC logró su séptima victoria consecutiva. Thunder es segundo en el Oeste y no pierde pie. El triunfo de los deScott Brooks llegó en el Pepsi Center de Denver con Kevin Durant y Russell Westbrook con su ritmo infernal de juego. Gran primer cuarto de Serge Ibaka.
Memphis 92 L.A. Lakers 96
Los Lakers necesitaban imperiosamente empezar a remontar el vuelo y Memphis era un lugar propicio. Primero, porque en el equipo local a la baja de Marc Gasol se sumaba la de Mike Conley. Segundo, porque los Grizzlies siguen mostrándose demasiado inconsistentes en su pabellón, donde tienen una marca muy deficitaria: 5-10.
Sin Mike Conley y Marc Gasol, los dos bases de facto de Grizzlies, el equipo pierde mucho movimiento de balón. Afortunadamente para Memphis, Lakers anda sin bases, por lo que su fluidez ofensiva queda al margen en muchas ocasiones de lo que sería aconsejable. De hecho, en algunos momentos del último cuarto el partido resultó caótico, sin que ningún jugador tomara el balón, respirara con él en las manos y pusiera orden.
Sin embargo, ese caos dual se transformó en los últimos minutos en una sabia ofensiva de Lakers, que cargó el juego sobre el poste para que Pau Gasol pudiera esta vez mostrar su calidad y marcar diferencias. Y las marcó, porque fue el español el que decidió el encuentro al anotar 7 puntos en los últimos 4 minutos.
Pau y Kobe formaron esta vez una perfecta sociedad. El español acabó con 21 puntos, 9 rebotes, 3 tapones y un 9 de 12 en el tiro y el estadounidense sumó otros 21 puntos mostrando, aun con limitaciones todavía, una gran mejora en sus movimientos clásicos. Bryant perdió 3 balones nada más empezar el partido, pero después cortó esa mala trayectoria como base postizo. Eso sí, dio Kobe el susto de la noche cuando en el tercer cuarto se dio un golpe con Tony Allen y se echó la mano a la rodilla. Se encendieron las alarmas, pero no pasó nada.
Junto a las dos figuras del equipo, muy bien Nick Young desde la segunda unidad. Metió 18 puntos. Todo ello en un encuentro en el que Jordan Hill, acosado por las faltas y el mal juego, sólo disputó 8 minutos, Robert Sacre se fue a 18 y Chris Kaman no abandonó su triste ostracismo.
Memphis dominó el rebote a partir del trabajo de un Zach Randolph que fue protagonista para lo bueno y para lo malo. Sus números: 18 tantos, 16 rebotes, 5 asistencias y 7 de 22 en el tiro. Tony Allen sumó 16 tantos, 7 rebotes y 5 pases de canasta, Jerryd Bayless fue el base titular,James Johnson debutó con el equipo y la segunda unidad hizo muy buena labor con jugadores como Jon Leuer, Nick Calathes o el buen inicio de Mike Miller.
Denver 93 Oklahoma City 105
OKC es un equipo sin fisuras a estas alturas de la temporada. Los de Scott Brooks firman ya 7 victorias seguidas y con un 20-4 no lideran la clasificación del Oeste porque el milagro Portland no cesa.
Anoche, triunfo sólido en el Pepsi Center en un partido que nos deparó un bonito duelo de bases entre el local Ty Lawson y el visitante Russell Westbrook y que al final se decantó del lado de OKC a partir de sus jugadores básicos, los de siempre. El máximo anotador de la NBA, Kevin Durant, acabó con 30 puntos tras despertar en el tercer cuarto, Westbrook perdió 8 balones, pero los hizo olvidar con sus 21 puntos, 13 rebotes (9 en la primera parte) y 8 asistencias y Serge Ibaka acabó con 17 puntos y 10 rebotes tras completar un fantástico primer cuarto en el que sumó 13 tantos con un 5 de 5 en el tiro.
En Denver, 20 puntos y 14 rebotes de J.J. Hickson y 17 tantos, 13 asistencias y 4 recuperaciones de Lawson, que fueron sus 2 jugadores esenciales. Muy bien Kenneth Farieden la primera mitad para desaparecer en la segunda.
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