SC..HERMOSILLO, SON. 1 de Febrero de 2013 (LMP.mx/Alpha Comunicación)- Sobre el flamante escenario, una fiesta músico-cultural plagada en color, en el marco de un ambiente festivo, con tramos emotivos pero con el fondo de la hermandad a la que convoca el deporte. Así fue como se desarrolló la ceremonia inaugural de la Serie del Caribe 2010.
De nuevo, se cumplió el protocolo cívico pero sin el estricto rigor del formalismo.
Grupos de danza sobre el reluciente terreno de juego, sobre el tapete verde esmeralda en el cual aparecieron niños y jóvenes que ejecutaron el rito que es preámbulo para la lucha deportiva. Siete días, siete, bajo la modalidad de que ahora el telón caerá cuando solamente dos de los cuatro contendientes disputan un choque titular.
Música que abarcó lo festivo, lo emotivo y la modernidad que identifica a esta región sonorense. Con la sencillez que engrandece a quienes en esta ciudad, en este país, han alojado con júbilo al serial latino. Lo multicolor como señal de fiesta, en el son de bienvenida a los visitantes.
Los respectivos himnos nacionales fueron entonados luego de que se presentaron a los cuatro equipos en contienda, reunidos todos para formar ese cuadro que caracteriza una competencia en la cual, ante todo, la conviven cia amistosa se traslada hacia el aficionado, al visitante que se lleva el recuerdo de lo vivido a toda intensidad.
Porras y loas para los Leones de Escogido, para los Criollo de Caguas, para los Navegantes de Magallanes y la exaltación mayoritaria, a grito pleno de júbilo, para los monarcas locales, Yaquis de Ciudad Obregón.
Ceremonia realizada “a casa llena”, con alrededor de 16 mil espectadores revelando el fervor de ser testigos de una Serie del Caribe que apenas arrancó este viernes y que dentro de seis cinco días más se sabrá que deja para la historia, más allá de solamente un ganador.
Sobre el cielo que vigila el desierto, minutos antes aeronaves militares haciendo el despliegue que no deja de asombrar, lanzando humos de colores claramente visibles desde las gradas del naciente inmueble deportivo.
En la víspera, Escogido de Dominicana había vencido al Navegantes Venezuela, preludio a lo que sería minutos después, el duelo entre Puerto Rico y México, el esperado por la gente de casa.
Y en el cierre de la inauguración, la fiesta de fuegos artificiales que iluminaron los alrededores del nuevo y flamante coloso ubicado en el desierto, el regio parque de pelota que surge a la vida recibiendo la fiesta de la hermandad beisbolera.
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