SANTO DOMINGO -- Muchas cosas extrañas han ocurrido en las últimas 24 horas para los Toros del Este.
La primera fue completar una rara barrida con cinco victorias sobre las Estrellas Orientales, para alzarse con el título de campeón del béisbol dominicano, en un partido en el que la mayoría de las carreras se produjeron por errores y bases por bolas.
Por primera vez, ambos conjuntos de la región Este lograron pasar a jugar la serie final, la cual no tuvo un Jugador Más Valioso, pero dejó apagados los principales escenarios de ese pasatiempo dominicano, como son los estadios Quisqueya y Cibao, que albergan a los conjuntos más ganadores (Tigres del Licey, Leones del Escogido y Águilas Cibaeñas).
La llamada "Serie de la Caña" o "Sin peaje", este último calificativo refiriéndose a la cercanía entre las ciudades de San Pedro de Macorís y La Romana, 35 kilómetros entre ambas, y a 65 hacia el este de Santo Domingo, capital dominicana, la primera; fue una fiesta muy exclusiva.
El singular equipo de los Toros, que inicia su accionar con la llamada "Expansión" del béisbol, de 4 a 6 conjuntos en 1983, concomitantemente con la franquicia de los Caimanes del Sur, se coronó en 1994 y repite la conquista del cetro cuando ya nadie recuerda al desaparecido conjunto sureño junto al que inició.
Ayer lunes, día feriado en República Dominicana, inesperadamente los Toros --que estaban previstos para ser despedidos la próxima semana por las autoridades--, llegaron al Palacio Nacional donde fueron recibidos por el presidente Leonel Fernández y de inmediato encomendados a "regresar con la corona en la mano", como lo hizo el año pasado Leones del Escogido; en la Serie del Caribe que iniciará el próximo 2 de febrero.
Otros de los acontecimientos que se suman a los Toros, es que aún no han hecho el tradicional desfile como equipo campeón y ya fueron despedidos por el Presidente, quien se marchó de inmediato a una misión de estado por la India y Suiza, pero tampoco tienen articulado el equipo con el viajarán a la justa de Mayagüez, en Puerto Rico.
El presidente Fernández estaba buscando al manager Dean Treanor para felicitarlo, pero estuvo confundido entre la multitud a pesar de tenerlo cerca; el capitán norteamericano lucía un corte de pelo al rape a ambos lados y una extensa moña que venía desde atrás, parecía más un artista de pop-rap que un dirigente de béisbol, lo que puso la nota jocosa al encuentro.
"Ha sido un gran año para el equipo de los Toros", comentó Fernández, "jugaron como unos verdaderos Toros".
Treanor, quien se coronó en su tercer año al frente de la franquicia romanense, se sintió orgulloso de cumplir su promesa de exhibir el exótico corte, ya que había prometido a varios de sus jugadores que si ganaban el quinto partido que decretaba la barrida a las Estrellas, se cortaría el pelo como lo hacían ellos.
La delegación estuvo encabezada por el Canciller Carlos Morales Troncoso, Frank Micheli, Jean Giraldi, y Treanor, ejecutivos del conjunto, y Leonardo Matos Berrido, en calidad de presidente de la Liga.
El acto duró unos 20 minutos en el Salón de Embajadores, donde también se dieron cita Marcial Morla, asistente del conjunto y los jugadores Andy Dirks, Kevin Barker; Esteban Germán, Ramón Troncoso, José R. Díaz, Fernando Abad. También Julián Yan, Ramón Sambo y Dave Lundquist, parte del equipo de coaches.
El conjunto de Los Toros del Este, con 28 años de fundado (número que en República Dominicana es relacionado con demencia, porque el hospital siquiátrico está ubicado en el kilómetro 28, al norte de Santo Domingo) es un equipo alegre y "loco", capaz de celebrar hasta los partidos que pierde apretadamente, ¡con Treanor a la cabeza!
Jugando una pelota "chiquita": de toques, fuertes corridas y robos de bases, los Toros están sueltos y casi de camino a Puerto Rico tras más aventuras, cuando los demás equipos que participarán en la Serie del Caribe a penas inician la recta final de sus campeonatos.
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