En el apoteósico final del Baloncesto Superior de Santo Domingo, tal cual sucedió en Santiago de los Caballeros, desfilaron grandes personalidades, artistas, deportistas, políticos y el país atento a cada jugada en la duela del Virgilio Travieso Soto y Oscar Gobaira.
El presidente del comité organizador, director de aduanas, Yayo Sanz Lovatón, fajao de Campana a Campana, abandonó el Consejo de Gobierno, encabezado por el presidente de la República Dominicana, con tal de que todo saliera a pedir de boca.
Las principales autoridades militares estuvieron presentes, toda persona ligada de una manera u otra al gobierno de Luis Abinader se dejó ver por la media naranja del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Hasta políticos de la oposición hicieron acto de presencia.
Emililio Bonifacio desde que se anunció la posposición del juego entre Licey y Escogido, arrancó a ver quién sería el campeón entre Bameso y Mauricio Báez.
Hubo un gran ausente, el que se supone debió ser el principal testigo de que las directrices del presidente se cumplieran a cabalidad.
Posiblemente durante todo el Baloncesto Superior de Santiago, no asistió por X razones, me imagino que por Y razones no estuvo en la final del Baloncesto Superior de Santo Domingo.
Francisco Camacho, ministro de deportes de la República Dominicana, el más ausente de la historia, demuestra que es enemigo del baloncesto nacional y las principales disciplinas deportivas, esto así porque se dejó ver en el deporte elitista del Fútbol.
Camacho demuestra que está dirigiendo un ministerio irrespetuoso del deporte que más se practica en la República Dominicana.
No es posible que otros incumbentes tengan que estar de lleno en la organización de eventos deportivos en todo el país, sin tener un ápice de conocimiento en materia deportiva.
Francisco Camacho el gran ausente.
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