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Prepararse para la vida luego del baloncesto fue lo que impulsó a José Santos Ceballos a regresar a las aulas, 16 años después, terminar el bachillerato y recibirse como licenciado en Derecho.
Pero antes también tuvo que batallar en una lucha intensa por superar un vicio que amenazaba con destruirlo física, mental y moralmente: el alcoholismo.
“El baloncesto ha cambiado mucho. Antes un asistente se sentaba ahí con el entrenador. Ahora tiene que estar al mismo nivel o a veces más avanzado. Decidí ser asistente en un momento para cumplir con mi objetivo que era graduarme”, dice el nativo del sector de El Congo que colinda con Pueblo Nuevo en Santiago de los Caballeros.
Explica que el entrenador principal recibe mucha presión, tiene que estar en el día a día de las prácticas mientras que el asistente tiene más libertad. Así que pudo asistir a sus clases sabatinas a pesar de que tuvo que rechazar trabajos tanto en Santiago como en la capital.
“Quería asegurar una parte final de la vida tranquila, pero para eso tenía que hacer el esfuerzo de prepararme en otras cosas, vender una credibilidad. Y si las cosas no salen tengo la satisfacción de que lo intentamos”, añade.
Pero el camino no fue fácil.
Primero entró al programa PREPARA para terminar el bachillerato luego de 16 años sin estudiar. Luego se enroló en la UAPA – Universidad Abierta Para Adultos- en la cual el año pasado logró graduarse de abogado.
PREPARA es un programa del ministerio de educación que permite finalizar los estudios de bachillerato desde la casa mientras se asiste a clase entre siete (regular) y nueve horas (acelerado) a la semana.
Y si hay una persona a la cual agradece eternamente es al también entrenador David Díaz.
“Si hoy soy un profesional sobrio se lo debo a David. Es mi hermano, mi papá. El cambio y evolución en mi vida se lo debo a una fuerza superior (¿Dios?), mi esfuerzo, a Alcohólicos Anónimos y a David. Le di mucho dolor de cabeza cuando estuve como su asistente con los Indios de San Francisco y los Leones de Santo Domingo y tuvo toda la oportunidad de sustituirme y nunca lo hizo. Al contrario se preocupó por mí y nunca tuve problemas para ir a la universidad y seguir con el equipo”, confiesa el exarmador de 6-3 de estatura.
El entrenador
Tras su carrera como jugador es a instancias de Richard Ortega que inicia su carrera como entrenador con el equipo Santa Ana en el debut de esta franquicia en el torneo superior de San Francisco de Macorís en el 2003. En la final barrieron 4-0 al San Martín.
“Pero en Sameji y al ver como venía trabajando es Eddie Almonte quien me ayuda en todo lo que tiene que ver con el manejo técnico”, dice el licenciado Ceballos.
Ha sido el entrenador principal con San Carlos y Los Prados en el básquet distrital, con Cupes, Pueblo Nuevo, GUG y Plaza Valerio en Santiago, así como con La Vega, San Francisco y Puerto Plata en la Liga Nacional de Baloncesto.
“Es un proceso ya que al comienzo quieres que tus jugadores hagan lo que tu hacías en la cancha. Lo importante es respetarlos y poner tus reglas. El triunfo del entrenador depende del jugador, pero el triunfo del jugador no depende del entrenador”, señala acertadamente.
El jugador
Aunque comenzó practicando boxeo en el club Juan Antonio Alix al terminar se quedaba en la cancha y se inclinó rápidamente por el baloncesto.
Además de su natal Santiago también vio acción en los torneos de Santo Domingo, San Francisco, La Romana y San Cristóbal.
Estuvo en la selección nacional entre los años de 1993 y 1995. Tuvo problemas de lesiones en el hombro (1991) y una pierna (1996). Esta última le obligó a estar un año inactivo.
“Nunca me enfoque en las estadísticas, hacía muchas cosas intangibles que no se anotan, pero siempre sabes si te va bien o mal aunque no las lleves”, añade. En Santiago vistió las franelas del Cupes, Sameji, GUG y Pueblo Nuevo.
Aunque entiende que todo tiene su etapa y época, cree que nada de 20 o 30 años atrás puede ser mejor que lo de ahora, incluyendo los jugadores.
“Los Suero, Víctor Liz, Jack Michael Martínez, Rigoberto Mendoza podían jugar en cualquier liga. Lo que pasa es que los jugadores de los 80 o 90 eran más manejables. Era imposible que les salieran con cosas a sus entrenadores. Los de ahora te botan. Si lo les convienes hacen que te boten”, agregó.
SEPA MÁS
Licenciado en derecho
Juvenil del Año 1990 por ACDS
Novato del Año, Baloncestista del Año y Atleta del Año 1991 por la ACDS
Novato del Año Básquet DN 1991
Selección Nacional 1993-1995
Jugador en Santiago, Santo Domingo, San Francisco, La Romana, San Cristóbal
Entrenador en Santo Domingo con San Carlos y los Prados, en Santiago con Cupes, Pueblo Nuevo, GUG y Plaza Valerio, en la Liga Nacional con La Vega, San Francisco y Puerto Plata.
Pero antes también tuvo que batallar en una lucha intensa por superar un vicio que amenazaba con destruirlo física, mental y moralmente: el alcoholismo.
“El baloncesto ha cambiado mucho. Antes un asistente se sentaba ahí con el entrenador. Ahora tiene que estar al mismo nivel o a veces más avanzado. Decidí ser asistente en un momento para cumplir con mi objetivo que era graduarme”, dice el nativo del sector de El Congo que colinda con Pueblo Nuevo en Santiago de los Caballeros.
Explica que el entrenador principal recibe mucha presión, tiene que estar en el día a día de las prácticas mientras que el asistente tiene más libertad. Así que pudo asistir a sus clases sabatinas a pesar de que tuvo que rechazar trabajos tanto en Santiago como en la capital.
“Quería asegurar una parte final de la vida tranquila, pero para eso tenía que hacer el esfuerzo de prepararme en otras cosas, vender una credibilidad. Y si las cosas no salen tengo la satisfacción de que lo intentamos”, añade.
Pero el camino no fue fácil.
Primero entró al programa PREPARA para terminar el bachillerato luego de 16 años sin estudiar. Luego se enroló en la UAPA – Universidad Abierta Para Adultos- en la cual el año pasado logró graduarse de abogado.
PREPARA es un programa del ministerio de educación que permite finalizar los estudios de bachillerato desde la casa mientras se asiste a clase entre siete (regular) y nueve horas (acelerado) a la semana.
Y si hay una persona a la cual agradece eternamente es al también entrenador David Díaz.
“Si hoy soy un profesional sobrio se lo debo a David. Es mi hermano, mi papá. El cambio y evolución en mi vida se lo debo a una fuerza superior (¿Dios?), mi esfuerzo, a Alcohólicos Anónimos y a David. Le di mucho dolor de cabeza cuando estuve como su asistente con los Indios de San Francisco y los Leones de Santo Domingo y tuvo toda la oportunidad de sustituirme y nunca lo hizo. Al contrario se preocupó por mí y nunca tuve problemas para ir a la universidad y seguir con el equipo”, confiesa el exarmador de 6-3 de estatura.
El entrenador
Tras su carrera como jugador es a instancias de Richard Ortega que inicia su carrera como entrenador con el equipo Santa Ana en el debut de esta franquicia en el torneo superior de San Francisco de Macorís en el 2003. En la final barrieron 4-0 al San Martín.
“Pero en Sameji y al ver como venía trabajando es Eddie Almonte quien me ayuda en todo lo que tiene que ver con el manejo técnico”, dice el licenciado Ceballos.
Ha sido el entrenador principal con San Carlos y Los Prados en el básquet distrital, con Cupes, Pueblo Nuevo, GUG y Plaza Valerio en Santiago, así como con La Vega, San Francisco y Puerto Plata en la Liga Nacional de Baloncesto.
“Es un proceso ya que al comienzo quieres que tus jugadores hagan lo que tu hacías en la cancha. Lo importante es respetarlos y poner tus reglas. El triunfo del entrenador depende del jugador, pero el triunfo del jugador no depende del entrenador”, señala acertadamente.
El jugador
Aunque comenzó practicando boxeo en el club Juan Antonio Alix al terminar se quedaba en la cancha y se inclinó rápidamente por el baloncesto.
Además de su natal Santiago también vio acción en los torneos de Santo Domingo, San Francisco, La Romana y San Cristóbal.
Estuvo en la selección nacional entre los años de 1993 y 1995. Tuvo problemas de lesiones en el hombro (1991) y una pierna (1996). Esta última le obligó a estar un año inactivo.
“Nunca me enfoque en las estadísticas, hacía muchas cosas intangibles que no se anotan, pero siempre sabes si te va bien o mal aunque no las lleves”, añade. En Santiago vistió las franelas del Cupes, Sameji, GUG y Pueblo Nuevo.
Aunque entiende que todo tiene su etapa y época, cree que nada de 20 o 30 años atrás puede ser mejor que lo de ahora, incluyendo los jugadores.
“Los Suero, Víctor Liz, Jack Michael Martínez, Rigoberto Mendoza podían jugar en cualquier liga. Lo que pasa es que los jugadores de los 80 o 90 eran más manejables. Era imposible que les salieran con cosas a sus entrenadores. Los de ahora te botan. Si lo les convienes hacen que te boten”, agregó.
SEPA MÁS
Licenciado en derecho
Juvenil del Año 1990 por ACDS
Novato del Año, Baloncestista del Año y Atleta del Año 1991 por la ACDS
Novato del Año Básquet DN 1991
Selección Nacional 1993-1995
Jugador en Santiago, Santo Domingo, San Francisco, La Romana, San Cristóbal
Entrenador en Santo Domingo con San Carlos y los Prados, en Santiago con Cupes, Pueblo Nuevo, GUG y Plaza Valerio, en la Liga Nacional con La Vega, San Francisco y Puerto Plata.
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