Por Rolling Fermín
7 veces campeona nacional, ganadora de más de un centenar de preseas internacionales, casi 60 doradas.
Ausente del pabellón de la fama, quizás por falta de “diligencia, no de méritos “.
Cuando se habla de Brígida Pérez en el deporte dominicano se cita a la más brillante y exitosa atleta que registra el tenis de mesa en su historia y cuidado.
Perez dominó de manera imponente a nivel nacional durante su permanencia activa y en el plano internacional estuvo entre las más calificadas.
La estelar santiagues se caracterizó no solo por su talento y nivel de juego, su tesón e intensidad en la mesa en los momentos críticos y determinantes fue su principal virtud, su sello de identidad.
Se crecía, se engrandecía y representó para los entrenadores dominicanos de entonces en la pieza clave y vital al momento de salir a competencia y orden o rotación a utilizar.
No fallaba los juegos buenos. Quizás tímida, por su humildad y naturaleza. Por su procedencia, ensanche Espaillat, decidió que hablarán sus resultados al compás de la ejecución de su raqueta.
Brígida registra más títulos de campeona nacional que nadie: 9.
Compartió y fue parte del equipo más exitoso del país en su historia y de una generación de lis llamados “Chinos del Caribe “.
En el plano internacional citar su nombre se convirtió en obligatoriedad, al igual que los de sus compañeros de turnos como exponentes patrios Mario Alvárez, Raymundo Fermín y Juan Vila, todos con nichos propios en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
El de ella aún no, ojalá que sea por omisión involuntaria, no por desconocimiento de su hoja de servicio y lauros. Algo que justifique lo imperdonable.
Más de 50 medallas oro
En su prontuario deportivo de más de 21 años representando el país, el orgullo del Ensanche Espaillat registra más de 70 medallas y 60 de ellas del anhelado color dorado que consagra y dignifica.
Suma siete campeonatos nacionales de máxima categoría femenil, más que nadie en el país como atleta de su nivel, categoría superior, incluyendo los varones.
Ella aún no pertenece al pabellón de la inmortalidad en República Dominicana pese al amplio y extenso expediente de servicio, forjado en los diferentes escenarios, por más de 21 años.
La humilde As santiaguerra de la raqueta, le importa poco quiénes abrazan la inmortalidad de su disciplina, pero no deja de causarle cierta indignación lo que define, con o sin razón: olvido.
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