En muchos sentidos, esta primavera no es muy distinta a las anteriores para el dominicano Carlos Martínez: Está listo para ayudar a los Cardenales en la venidera temporada y quiere hacerlo como lanzador abridor.
Lo que es diferente es la preparación de Martínez tras una campaña en la que estuvo marginado tras dar positivo a COVID-19. El virus lo mandó al hospital en un momento y, según el propio Martínez, nunca lo dejó estar al tope de condiciones en la recta final y ser el lanzador que él cree es capaz de ser.
Jugó béisbol invernal en la República Dominicana con las Águilas Cibaeñas por primera vez en años, lo que espera le sirva para empezar a toda máquina la temporada de Grandes Ligas. Martínez hizo cinco aperturas por San Luis en el 2020 y atravesó problemas en cada una de ellas. Permitió 22 carreras limpias (efectividad de 9.90), 16 de las cuales llegaron tras el diestro pasar el mes de agosto en la lista de lesionados, con su historial de asma exacerbando la factura que ya le había pasado el virus. “Después del COVID, nunca me sentí al 100% con mi cuerpo”, dijo Martínez en el campamento de los Cardenales en Jupiter, Florida. “Estaba tratando de ayudar al equipo y pasó eso. Mentalmente, yo estaba al 100% en el equipo, pero no tenía fuerza en el cuerpo”. Ahora, luego de una temporada muerta en la que además de lanzar en la República Dominicana, también lo hizo en la Serie del Caribe – siempre como abridor – Martínez se mantiene enfocado en regresar a ese papel, en el que fue al Juego de Estrellas en el 2015 y el 2017: Iniciar encuentros por los Cardenales. El puertorriqueño Yadier Molina, quien enfrentó a Martínez en la Serie del Caribe, dijo que su compañero de batería lució más fuerte y determinado en la lomita. Molina se fue de 3-0 contra Martínez en el triunfo de las Águilas Cibaeñas por 5-1 sobre los Criollos de Caguas en el primer día del torneo. “Se ve más maduro”, dijo Molina recientemente. Parte de eso se debe a la preparación. Martínez, quien jugó en la liga invernal de su país por primera vez desde la temporada 2014-2015, afirma que trabajó para refinar su forma de combinar sus lanzamientos, la fórmula que le permitió ser un lanzador de la parte alta de la rotación entre el 2015 y el 2018. En tres aperturas por las Águilas entre la ronda regular y la postemporada, Martínez tuvo récord de 1-0, permitiendo tres carreras en 14.2 entradas (EFE de 1.84). “Me sentí muy bien con todos mis pitcheos”, dijo Martínez, de 29 años. “Cien por ciento enfocado. En mi mente, enfocado. En mis entrenamientos, enfocado en trabajar duro. Si no hubiese jugado pelota invernal, no estaría tan preparado ahora mismo”. No será fácil que Martínez vea convertidas en realidad sus esperanzas de volver a abrir. Los Cardenales tienen un solo puesto abierto en su rotación, con Jack Flaherty, Adam Wainwright, Kwang Hyun Kim y Miles Mikolas asegurados en los cuatro primeros lugares. El quisqueyano Alex Reyes, un prometedor lanzallamas (parecido a Martínez hace unos años), también tiene la mira puesta en ese último escaño. Si los Cardenales deciden usar a seis abridores, algo que otros equipos están considerando preocupados por cómo responderán los lanzadores tras tan poco uso la temporada pasada, esas posibilidades aumentarán. Martínez, quien está entrando en el último año garantizado de su contrato que incluye opciones del equipo para el 2022 y el 2021, cree que puede aportar. Y no hay dudas de cómo le gustaría hacerlo: “Cien por ciento abridor”, dijo. “Me siento muy bien, con poder en el brazo. Me siento bien. “Quiero estar aquí muchos años más. Quiero trabajar duro para estar en el equipo y demostrarles que puede volver a abrir, ir al Juego de Estrellas y llevar al equipo a la Serie Mundial”.
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