martes, 26 de septiembre de 2017
La afición de Toronto expresó su gratitud a José Bautista
TORONTO -- El dominicano José Bautista le trajo personalidad y confianza a los Azulejos. Es el protagonista de uno de los momentos más icónicos en la historia de la franquicia y será recordado como uno de los mejores atletas que han pasado por Toronto.
Por eso, y ante la posibilidad de que no esté con el club la temporada entrante, el domingo por la tarde los fanáticos de los Azulejos aprovecharon para darle las gracias.
Toronto bautizó la serie ante los Yankees que terminó el domingo como "el Fin de semana para apreciar a los fanáticos", pero en realidad han podido rebautizarlo en honor a Bautista, porque fue el foco de atención. Las ovaciones de pie fueron fuertes, largas y frecuentes, con fanáticos y compañeros de equipos entregados a celebrar la carrera de uno de los más grandes atletas de Toronto.
Nadie sabe realmente qué pasará después de esta campaña, pero se espera que el tiempo de Bautista en Canadá llegue a su fin tras 10 temporadas. Y si lo que pasó el domingo fue realmente su último juego en el terreno del Rogers Centre como pelotero de los Azulejos, Bautista deleitó a los presentes con una última tarde memorable gracias a un par de hits, una empujada y una despedida que dejó pocos ojos sin lágrimas en el parque.

"Muchísimas emociones bonitas", dijo Bautista después del encuentro. "Es bueno que se te reconozca así, y es sabroso sentir todo ese amor. Aprecio mucho todo lo que pasó".
El juego del domingo no significó nada para los Azulejos en la tabla de posiciones, pero claramente había un ambiente especial en el Rogers Centre para el último juego de la temporada en casa. Marcus Stroman salió a calentar antes del duelo con una camisa original usada por Bautista en el 2010. Los fanáticos empezaron a corear "José, José, José" durante los estiramientos y se pusieron de pie cuando fue su nombre fue anunciado en presentación del lineup.
En el sumo de respeto, cuando Bautista salió al terreno antes del primer inning ninguno de sus compañeros lo siguió. En vez de eso, se quedaron en el dogout para que el quisqueyano pudiese disfrutar del momento. Bautista no sabía que harían eso y cuando se dio cuenta era demasiado tarde. Corrió hasta el jardín derecho, elevó su mano y saludó al público antes de que el resto del equipo entrase al diamante.
La temporada 2017 de Bautista no salió como se esperaba, pero nada de eso importó el domingo. Lo importante fue agradecer a un hombre que está casi en lo más alto de cada categoría importante en la historia de Toronto. Es segundo en jonrones (287), segundo en boletos (802), tercero en carreras anotadas (788) y tercero en empujadas (763).
"Fue una idea de todos, algo que conversé con [Kevin] Pillar y [Ryan] Goins, tratando de ver cómo podíamos honrarlo", dijo Stroman sobre el plan de dejar que Bautista saliese solo. "Fue especial ver todo lo que lo aprecian los fanáticos y buena parte del país. Y debería ser así, porque ha tenido una carrera fantástica y ha hecho cosas extremadamente especiales. Espero que regrese. Espero que este no sea mi último juego de local junto a 'Bau'".
Los Azulejos no eran mucha cosa cuando Bautista llegó sin hacer mucho ruido en el 2008. La asistencia estaba por el suelo, y con razón: el equipo no había jugado un juego importante en septiembre desde 1993. Se daba casi por descontado que Toronto terminaría año tras año detrás de los poderosos Yankees y Medias Rojas.
Había, de cierta manera, un complejo de inferioridad asociado con el equipo y su base de fanáticos. No sucedió de la noche a la mañana, pero con el tiempo Bautista ayudó a cambiar todo eso. El récord para el club de 54 jonrones en el 2010, los seis viajes al Juego de Estrellas. Los dos jonrones que tiró en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el 2015 y por supuesto, el famoso Bate que lanzó al aíre cuando sentenció a los Rangers en la Serie Divisional del 2015 con aquel jonrón inolvidable.
Pocos jugadores han significado más para esta ciudad y este país que el número 19. Un reportero le contó a Bautista después del juego que el expresidente de la novena, Paul Beeston, le dio el crédito de haber vuelto a hacer relevante el béisbol en este lado del mundo. La pelota no era popular entonces, pero ahora resplandece. Bautista rara vez deja ver su lado vulnerable en público, pero esta vez eso cambió.
"Yo no iría tan lejos", dijo Bautista, un segundo antes de que sus ojos empezaran a aguarse y su voz a cortarse. "Pero aprecio lo dicho. Me gustaría pensar que sí ayudé un poquito".
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