jueves, 22 de septiembre de 2016

EN EL JUEGO Y EL AMOR

RAMON DE LUNA Y APOLINAR PERALTA


RAMON DE LUNA PEGUERO....En el juego y el amor, hay que saber perder. Unas veces ganamos y otras perdemos, azares de la vida.

Origina nuestro comentario de hoy la actitud asumida por unos cuantos de los miles que anoche se dieron cita en la Gran Arena del Cibao para presenciar el último juego de una serie entre los grandes equipos, Leones de Santo Domingo y Metros, de Santiago, partido de baloncesto que los capitaleños ganaron en muy buena lid.
Vimos la transmisión del encuentro desde el principio hasta el fin y aunque no somos expertos y conocedores de los secretos que tiene el baloncesto, observamos que ya para el último cuarto las huestes del Cibao estaban cansadas; perdieron el empuje que habían exhibido durante casi todo el encuentro, aunque terminaron con gallardía.
El baloncesto, por los innumerables contactos que ocurren entre sus jugadores, origina como deporte que los aficionados se enerven y broten las pasiones, pues muchos fanáticos pierden el control. Eso fue lo que anoche ocurrió faltando segundos para terminar el brillante partido.
Algunos antisociales lanzaron hielo y botellas plásticas vacías al tabloncillo, lo que le restó brillantez al tope entre Metros y Leones.
Nunca tendremos derecho a olvidar que Santiago es la ciudad de los 30 Caballeros, la urbanidad es una de las cualidades de su gente, así como la caballerosidad deportiva que en sus venas llevan sus habitantes.
Hay que saber perder, sobre todo, si los atletas han luchado con hidalguía y si los jueces actuantes lo han hecho apegados a las reglas.
La compostura no debe perderse, por más pasión que genere un deporte y, sobre todo, siendo Santiago la ciudad anfitriona.
Los asistentes que vinieron de otras ciudades a participar del encuentro entre Leones y Metros y muchos de los fanáticos locales, se vieron obligados a retirarse de la Gran Arena y, tal vez, se han llevado una equivocada imagen de nosotros, los santiagueros.
Fueron unos pocos quienes se dieron a la tarea de restarle brillo a la contienda, porque Santiago, aunque pierda en una justa, es una población acogedora y llena de nobleza.

Ramón De Luna
22 de septiembre, 2016

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