Si el equipo clasifica a la postemporada, eso se puede clasificar como una campaña positiva. Si su conjunto no juega en octubre, entonces lo marcará como un fracaso. Por eso aunque Chicago mejoró de 73 victorias en el 2014 a 76 en el 2015, el guardabosque sabe que su talentoso club no ha alcanzado su meta principal.
Pero ahora que los lanzadores y receptores se alistan para presentarse en el Camelback Ranch, el veterano jardinero cree que los Patipálidos pueden rápidamente ser contendientes.
"A pesar de todo lo malo que sucedió el año pasado, estaremos en una mejor posición", manifestó Cabrera. "Todos los muchachos que estuvieron el año pasado ahora están en mejor forma, mejor preparados -- especialmente mentalmente -- para el reto este año.
"Todo debe comenzar desde los Entrenamientos de Primavera, todos trabajando juntos por la misma meta, y creo que tenemos esa clase de equipo. Tenemos los muchachos para lograrlo. Pero también debemos jugar como una familia. Todos unidos, pensando en el mismo objetivo. Debes pensar sólo en el equipo".
Cabrera, de 31 años de edad, comenzará su segunda temporada de un contrato de tres años con los Medias Blancas que le pagará US$14 millones en el 2016 y US$15 millones en el 2017. En su primera campaña en el Sur de Chicago terminó con un promedio de .273, .709 de OPS (porcentaje de embasarse más slugging), 12 jonrones, 36 dobles y 77 impulsadas, que estuvieron a la par de sus estadísticas en su carrera, aunque no contó con tanta consistencia en el plato, similar al resto de la alineación.
Sin embargo, fue Cabrera el que ayudó a unir el clubhouse con su liderazgo de veterano y buen humor. El quisqueyano sonrió al preguntársele sobre su etiqueta del jugador más cómico en los Medias Blancas.
"Este deporte es difícil de jugar. Claro que debes estar enfocado 100% en el juego, pero también necesitas divertirte", explicó Cabrera. "También debes hacer algunas cosas para que el ambiente esté un poco relajado y que todos los muchachos se sientan que somos una familia.
"No necesitas sentir presión. Por eso siempre trato de mantener el ambiente relajado, y trato de que todos estén contentos. Por eso me gusta hacer las cosas que hago".
Aunque Cabrera indicó que necesitan jugar juntos y como familia, notó que eso fue apenas uno de los varios problemas en el 2015.
"Este año debemos ser mucho más consistentes si queremos ganar más juegos y llegar a los playoffs", declaró Cabrera. "El año pasado no tuvimos consistencia en todos los aspectos: jugando ni en el clubhouse.
"Tuvimos buena química. Pero no hubo consistencia, lo mismo que ocurrió sobre el terreno. En ocasiones es difícil de explicar".
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