MIAMI -- A sus 22 años y en su tercera temporada en la NBA, Kawhi Leonard acaba de ratificarse como uno de los jugadores de mayor proyección a futuro dentro del mejor baloncesto del mundo.
Por segundo partido consecutivo se burló de la presión que implica jugar en casa de los aún campeones reinantes y brilló en toda la extensión de la palabra, tanto ofensiva, como defensivamente, en el encuentro que los San Antonio Spurs le ganaron de manera aplastante 107-86 al Miami Heat.
Leonard fue, sencillamente, una pesadilla omnipresente para los jugadores del Heat, que no encontraban manera de detenerlo.
En el ataque encabezó a los Spurs con 20 puntos, además de capturar cinco rebotes ofensivos servir tres asistencias y robarse tres balones.
Del otro lado de la cancha también sobresalió, con nueve rebotes defensivos y bloqueó tres tiros rivales. En total, sus números de la jornada fueron 20 unidades, 14 rebotes, tres asistencias, tres robos y tres bloqueos en 39 minutos de juego.
Con esta victoria, los Spurs se colocaron a un triunfo de conseguir la corona, pues nunca en la historia, un equipo que llegó a tener ventaja de 3-1 perdió una final de la NBA.
Tan humillantes fueron las dos victorias de San Antonio en Miami que la gente salía del American Airlines Arena con el convencimiento de que la serie no regresa a casa del Heat para un eventual sexto partido.
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