viernes, 23 de mayo de 2014
Un trío histórico y triunfador; Los hermanos Molina, Bengie, José y Yadier han hecho historia detrás del plato
ENRIQUE ROJAS..ST. PETERSBURG, Florida -- Con 39 temporadas, más de cinco mil partidos recibidos y un cofre cargado de premios, incluyendo seis anillos de la Serie Mundial, los hermanos puertorriqueñosBengie, José y Yadier integran una pieza única en la rica historia de familiares que han jugado en las Grandes Ligas del béisbol de Estados Unidos.
En 138 temporadas de actividad de ligas mayores han jugado varios tríos y parejas de hermanos, incluyendo los norteamericanos Joe, Vince y Dominic DiMaggio y Ken, Clete y Cloyd Boyer y los dominicanos Mateo, Felipe y Jesús Alou. Pero cuando se habla de receptores, nadie iguala a los Molina.
Los Molina poseen dos anillos de la Serie Mundial cada uno y más de 140 partidos de postemporada entre los tres. Mientras Bengie, el mayor, es el líder natural y Yadier, el más joven, la estrella de la banda, curiosamente, era José el único catcher de tiempo completo cuando los hermanos crecían entre Vega Alta y Dorado en la zona norte de Puerto Rico.
"La verdad es que no sé, el señor es que sabe esas cosas. Nosotros lo que queríamos era jugar béisbol, no importa la posición, pero se nos dió como receptores", dijo José Molina a ESPNdeportes.com en el Tropicana Field de St. Petersburg. "Yo era el catcher de la familia, mientras Bengie y Yadier jugaban otras posiciones, pero luego se pusieron el equipo. Fue pura casualidad, pero igual estamos orgullosos", agregó.
José, quien cumplirá 39 años en dos semanas, se encuentra en su tercera temporada con los Rays de Tampa Bay, después de pasar porciones de las 12 anteriores con Cachorros de Chicago, Angelinos de Los Angeles, Yankees de Nueva York y Azulejos de Toronto.
El segundo de la trilogía Molina nunca ha sido un jugador regular en Grandes Ligas ni ha ganado algún premio individual, pero su carrera es adornada por dos anillos de campeón (2002 con Anaheim y 2009 con Yankees), un porcentaje de 37% de corredores atrapados en intento de robo y una fortuna de alrededor de $15 millones de dólares.
Bengie, quien ahora se desempeña como coach de los Vigilantes de Texas, bateó .274 en 13 temporadas con Anaheim, Toronto, San Francisco y Texas.
Durante ese tiempo consiguió dos Guantes de Oro, dos anillos de la Serie Mundial (2002 con Anaheim y 2010 con San Francisco), salarios por más de $33 millones de dólares y un porcentaje de outs en las bases de 31%.
La joya de la corona es Yadier, el catcher de los Cardenales de San Luis desde el 2004 y un futuro miembro del Salón de la Fama. Yadier, de 31 años, batea .286 en 11 temporadas, ha jugado en cuatro ediciones de la Serie Mundial (ganó en 2006 y 2010) y cuenta con seis Guantes de Oro, cinco convocatorias al Juego de Estrellas y un asombroso porcentaje de 45% de corredores retirados intentando robar.
Para que tengan una idea de la habilidad de Yadier para mantener el orden en las bases, su porcentaje de outs en robos es superior al de Johnny Bench (43.4%) y apenas un poco inferior a los de Iván Rodríguez (46%) y Yogi Berra (49%), quienes son considerados los mejores receptores de la historia.
"Para mí ya lo es, ya no tiene que demostrar más nada. Ha hecho todo lo que Bengie y yo no hicimos. Puede regalarnos Guantes de Oro, anillos y Juegos de Estrellas", dijo José sobre las posibilidades de que su hermano menor alcance el Salón de la Fama algún día. "Entre nosotros no hay competencia, estamos felices por lo que ha hecho Yadier", agregó.
"Se siente un orgullo solamente ser parte de esta familia y junto a mis hermanos lograr algunas metas que desde el principio nos propusimos y que poco a poco estamos logrando, siendo la principal, estar el mayor tiempo posible en Grandes Ligas. Gracias a nuestros padres, en especial, que nos han dado todo", dijo José.
Y la saga de los Molina no terminará por ahora. Yadier está firmado con San Luis hasta el 2017, mientras que José, quien tiene contrato con Tampa Bay hasta el 2015, planea seguir los pasos de Bengie como coach cuando terminen sus días de estar agachado detrás del plato.
"Los receptores somos coaches también. La verdad, uno es un coach, lo próximo sería no jugar y ser parte de un cuerpo de coaches. Es algo que me gustaría ser cuando me retire", dijo José Molina.
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