Están por dondequiera y si el espectáculo es de magnífica calidad como la actual serie final entre Licey versus Escogido la cantidad es mucho mayor, pues el objetivo primordial es hacer su agosto en enero.
Integran el llamado Mercado Negro en el béisbol invernal, donde unos doscientos jóvenes y adultos se apoderan del grueso de las boletas de la jornada de cada día para venderlas a un precio que en muchos de los casos duplica el original.
Como ocurrió el pasado domingo 26 de enero, donde el sexto partido de la primera final en 15 años entre las dos franquicias capitalinas fue iniciada a las cinco de la tarde en un buen ambiente de béisbol y con una serie que había llegado a esta parte de manera cerrada.
A 3,500 y 4,000 se vendían los palcos A para el partido de esa fecha, mientras que los precios de los AA oscilaban entre 2,000 y 1,800 pesos. De su lado las preferencias se encontraban a 1,000 pesos y los bleachers algunos llegaron a ser ofertados hasta a 800 pesos.
Hasta las famosas boletas paradas se vendieron el domingo en el parque capitalino. Los precios de estas eran de unos 600 pesos e impedian hasta que los vendedores realizaban las mismas.
Claro está, no se perdió mucho tiempo para que los amantes de azules y rojos pegaran el “grito al cielo” por tan elevado costo, pero como en esta parte del torneo el pueblo se mete mucho más en pelota decenas de seguidores se vieron en la necesidad de comprar las taquillas al alto precio.
Boletas muy costosas
“Están muy costosas, esto es un abuso pagar tanto por una boleta cuando tu permanece nueve entradas observando el partido y al final nos abes si encontrarás tu vehículo donde lo dejaste o en su defecto sin un choque o rayado por una parte”, expresó Guillermo Manzanillo, un empleado privado quien asistió domingo y lunes al estadio y fue una de las víctimas de los altos precios.
“Tuve que dar 3,500 pesos por dos taquillas Doble A, pues asistí junto a mi novia y para nuestra fortuna el Escogido salió triufante”, señaló Manzanillo.
Desde las calles San Cristóbal, la Tiradentes, Pepillo Salcedo y demás, los miembros del llamado Mercado Negro registran un buen mes de Enero con sus ventas de taquillas a sobreprecio, las cuales en la mayoría de los casos tienen que comprar, pues desde temprano las mismas están acaparadas.
“Aqui no existe piedad con nosotros los fanáticos, sale muy caro venir al estadio, es practicamente un abuso lo que nos hacen”, señaló Alfonso Pérez, quien por más de 30 años ha asistido al estadio Quisqueya.
A pesar de que en los últimos años les han brindado más facilidades a los parciales de los diferentes equipos para adquirir sus boletas, el Mercado Negro sigue haciendo de las suyas y mantiene el control de las mismas en todos los escenarios.
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