ESPN...SANTO DOMINGO -- Primero fue la ceremonia formal, luego la fiesta por toda la ciudad y terminando con un concierto en el Estadio Quisqueya. Nada parecía suficiente para el significado de la hazaña conseguida en el mes de marzo.
El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, recibió el jueves al equipo dominicano que conquistó de manera invicta el Clásico Mundial de Béisbol para entregar por primera vez en la historia del evento anillos de campeones (pagados por el país caribeño a un costo superior a los US$100 mil).
Y es que para la República Dominicana, donde el béisbol es mucho más que un simple deporte, ganar el Clásico era un asunto de importancia nacional.
"La victoria del Clásico le dio esperanza a la República Dominicana, exaltó los valores y nos dio optimismo. Gracias por hacer eso", dijo el presidente Medina en su interlocución a los peloteros, al dirigente Tony Peña y al gerente general Moisés Alou, que fueron homenajeados en el Salón Las Cariátides, del Palacio Nacional.
El dirigente Tony Peña resaltó la integración del grupo que representó a la República Dominicana, principalmente porque muchos no eran los peloteros que estaban pensados para la novena, con ausencias notables como las deAlbert Pujols, José Bautista y David Ortiz.
"No tuvimos el equipo que queríamos, hubo muchos obstáculos pero nuestro sueño era más grande que lo que cualquiera se podía imaginar", señaló Peña.
Pero los obstáculos fueron superados... y de qué manera. Con su alegría contagiante los dominicanos, con todo y sus plátanos, tuvieron marca de 8-0 y vencieron en la final a Puerto Rico para dejar atrás los mal sabores de un cuarto lugar en el primer Clásico y una eliminación en primera ronda en el segundo.
"Nosotros nos entregamos con todo, hicimos lo necesario para poner el nombre del país en alto y hoy estamos celebrando eso porque ya era hora, era justo y más que necesario", dijo el cerrador Fernando Rodney, quien con plátano al cinto y haciendo una señal de flecha al cielo tras cada salvamento se robó el show durante el evento mundialista.
Para el Jugador Más Valioso del Clásico Mundial de Béisbol, Robinson Canó, el ganar la corona del Clásico tuvo un sabor muy dulce.
"Yo gané la Serie Mundial y son dos cosas diferentes, una la haces por un equipo y otro por tu país. La Serie Mundial la espera una ciudad, y el Clásico toda una nación. Uno es trabajo y otro orgullo", dijo Canó.
Y es que para la República Dominicana, donde el béisbol es mucho más que un simple deporte, ganar el Clásico era un asunto de importancia nacional.
"La victoria del Clásico le dio esperanza a la República Dominicana, exaltó los valores y nos dio optimismo. Gracias por hacer eso", dijo el presidente Medina en su interlocución a los peloteros, al dirigente Tony Peña y al gerente general Moisés Alou, que fueron homenajeados en el Salón Las Cariátides, del Palacio Nacional.
El dirigente Tony Peña resaltó la integración del grupo que representó a la República Dominicana, principalmente porque muchos no eran los peloteros que estaban pensados para la novena, con ausencias notables como las deAlbert Pujols, José Bautista y David Ortiz.
"No tuvimos el equipo que queríamos, hubo muchos obstáculos pero nuestro sueño era más grande que lo que cualquiera se podía imaginar", señaló Peña.
Pero los obstáculos fueron superados... y de qué manera. Con su alegría contagiante los dominicanos, con todo y sus plátanos, tuvieron marca de 8-0 y vencieron en la final a Puerto Rico para dejar atrás los mal sabores de un cuarto lugar en el primer Clásico y una eliminación en primera ronda en el segundo.
"Nosotros nos entregamos con todo, hicimos lo necesario para poner el nombre del país en alto y hoy estamos celebrando eso porque ya era hora, era justo y más que necesario", dijo el cerrador Fernando Rodney, quien con plátano al cinto y haciendo una señal de flecha al cielo tras cada salvamento se robó el show durante el evento mundialista.
Para el Jugador Más Valioso del Clásico Mundial de Béisbol, Robinson Canó, el ganar la corona del Clásico tuvo un sabor muy dulce.
"Yo gané la Serie Mundial y son dos cosas diferentes, una la haces por un equipo y otro por tu país. La Serie Mundial la espera una ciudad, y el Clásico toda una nación. Uno es trabajo y otro orgullo", dijo Canó.
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