Por Prensa Asociada;Los pasados monarcas del béisbol no tuvieron las energías ni la suerte para lograr avanzar a los playoffs y defender su corona.
Los Piratas vuelven a los playoffs tras 21 años, mientras que los Medias Rojas repuntaron del último lugar a la cima de su división en un lapso de 12 meses.
Pero los principales ausentes de la inminente postemporada de Grandes Ligas serán los últimos campeones.
Hace un año, los Gigantes de San Francisco ganaron 94 partidos. En los playoffs, vinieron de atrás de déficits 0-2 y 1-3 para eliminar a los Rojos y Cardenales, respectivamente. Acto posterior, despacharon en cuatro juegos a los Tigres para adjudicarse su segundo campeonato de la Serie Mundial en tres años.
Apenas cuatro de los 25 jugadores que conformaron su roster en la Serie Mundial no regresaron para 2013, y esos cuatro —Ryan Theriot, Guillermo Mota, Xavier Nady y Aubrey Huff— ni siquiera pudieron encontrar otro equipo.
También decidieron renovar contrato a sus agentes libres, incluyendo al venezolano Marco Scutaro, el boricua Ángel Pagán y Jeremy Affeldt.
¿Todo bien para repetir? Al menos por los primeros dos meses, San Francisco estuvo en la pelea, en la cima del Oeste el 26 de mayo, justo un día después que Pagán liquidó un partido en el AT&T Park con un jonrón dentro del parque. Pero el jardinero puertorriqueño no volvió a jugar, perdiéndose tres meses por una lesión en la rodilla.
Y así prosiguieron las lesiones, dejando fuera de combate durante diversos tramos a piezas claves, como el abridor Matt Cain y al tercera base Pablo Sandoval.
Los Gigantes prácticamente no tuvieron tiempo para disfrutar los laureles, tirando la toalla a fines de junio cuando quedaron por debajo del porcentaje de .500. Se encuentran 19 juegos detrás de los Dodgers, los nuevos amos del Oeste de la Liga Nacional.
“Si te pones a ver, la Serie Mundial terminó en noviembre, y en febrero ya estábamos jugando. ¿Qué descansamos? Nada”, dijo a The Associated Press el toletero Sandoval, quien jugó en enero en la pelota invernal venezolana y luego a principios de marzo con la selección Vinotinto en el Clásico Mundial. “No es excusa, pero es una enseñanza que nos motiva trabajar para el próximo año y así conseguir lo del año pasado”.
“No ha sido el mejor año, con muchas cosas que nos salieron mal, cosas fuera de nuestro control, con lesionados importantes”, añadió venezolano Marco Scutaro, el segunda base que fue el más valioso de la serie de campeonato de la Liga Nacional y que termina la campaña en el dique seco por una molestia en el dedo meñique de la mano izquierda.
Pero los problemas de los Gigantes fueron más allá de lesionados.
El rendimiento ofensivo de Buster Posey se evaporó en la segunda mitad (36 extrabases y 48 carreras remolcadas en los tres primeros meses; 13 y 24 en los siguientes tres).
Y el afamado pitcheo no estuvo al nivel de temporadas previas. Con 3.99 en promedio de carreras limpias permitidos, sus lanzadores amanecieron el miércoles en el antepenúltimo lugar de los 15 equipos de su circuito.
Con un porcentaje de ganados de .459 (72-85), los Gigantes se encaminan al tercero peor para un campeón vigente de la Serie Mundial, por detrás de los Marlins de Florida de 1998 (.333) y los Rojos de Cincinnati de 1991 (.457). Este es el primer año desde 2008 en el que terminan por debajo de .500.
El dirigente Bruce Bochy dio a entender en los últimos días que tal vez debió haber tenido más mano dura con sus jugadores, prácticamente una admisión de que el equipo pecó por complacencia.
“Voy a ser más exigente en los fundamentos”, prometió.
Por lo pronto, la principal decisión a tomar será definir el futuro de sus agentes libres, además de una imperiosa necesidad de reforzar la ofensiva.
Tienen el deseo de retener al abridor Tim Lincecum y el jardinero Hunter Pence. Quien está por despedirse definitivamente es el zurdo Barry Zito, cuyo contrato por 126 millones de dólares está por expirar tras siete temporadas marcadas por una mayoritaria cuota de decepciones. La cotización de Pence se ha disparado, luego de un septiembre con slugging de .683 y 26 impulsadas.
El consuelo de los Gigantes es que el fracaso de este año sea anticipo de otro campeonato en 2014.
Después de todo, tras ganar la Serie Mundial de 2010 no entraron a la subsiguiente postemporada.
“Esto no es una decepción, yo lo veo como enseñanza. Uno tiene momentos buenos y momentos malos en tu carrera”, dijo Sandoval.
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