JUAN CARLOS SEVERINO..Santiago.-Ese es uno de los graves problemas que tiene el equipo de beisbol dominicano Tigres de Licey, cuyos jugadores en vez de peloteros parecen metrosexuales que solo quieren vender su figura y no contribuir a la causa azul.
La gerencia liceísta, hace varios años cambiaban de manager hasta tres veces en una temporada, sabiendo que “la fiebre no estaba en la sabana” sino en sus jugadores indisciplinados.
Recordemos, el año pasado Juan Francisco se negó a jugar en un partido contra Las Águilas Cibaeñas, porque no quiso quitarse sus aretes, cuyo juego perdieron los liceístas 10X2 celebrado en el estadio Quisqueya, versión que fue confirmada por Rafael Landestoy manager de entonces.
En esta temporada donde ese equipo está en el sótano, teniendo buen material nativo y extranjero; pero el problema es que todos quieren privar en lindones y actores de Hollywood, exhibiendo su gran mayoría dos aretes, barbas y cejas muy delineadiiitassss, cosa que no he visto en otro equipo de pelota dominicano; ni hablar de los tatuajes.
Esa actitud de esos peloteros está poniendo en peligro la dinastía azul y el deporte rey de nuestro país. A parte de no ser grato, es un mal ejemplo a la niñez y juventud que siguen a ese equipo. Cuando se exhibe un comportamiento excéntrico en cualquier deporte, todo sale desviado.
Las autoridades de los Tigres, deben aplicar con urgencia una política disciplinaria, que conlleve corte de pelo, cero aretes, y disciplina por un tubo, ya que en ese equipo, algunos se creen súper estrellas y hay que soportarle de todo. Ojo, no permitan que unos pocos acaben con lo bueno del beisbol.
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