Caro, cuya madre Carmen Mercedes no se dio cuenta de su sexo sino hasta que nació es uno de cinco novatos dominicanos que esta semana han acordado por más de un millón de dólares en el proceso de firmas Julio 2.
Un joven jardinero con habilidades para el juego tan sagradas como el mismo vientre de su progenitora, cuyos trillizos Ilonka, Imalay y Caro nacieron de siete libras cada uno y disfrutando de buena salud, muy diferente a los tradicionales partos de esa especie donde casi siempre uno de los miembros nace con problemas de salud.
En su caso no fue necesario la incubadora, mucho menos la permanencia en el hospital más del tiempo requerido, ni los achaques de salud que padecen desde sus primeros días, al parecer vino a la vida para algo grande y esto lo puede conseguir mediante el béisbol, pasatiempo que el pasado lunes le brindó su primera gran felicidad al arribar a un acuerdo de 1.1 millones con los Indios de Cleveland.
Un hecho que no deja de ser extraño por todos los lados, pues su padre Héctor Caro nunca le puso la mano a un guante de béisbol, por parte de su madre sí cuenta con familiares enamorados del pasatiempo. El novel solo necesitó unas pequeñas palabras de aliento de su pariente Miguel Obispo para inscribirse en la liga de béisbol que preside y comenzar unos andares que sin proponérselo lo convir tieron en un millonario a los 16 años.
Un producto de la Liga Erick Rivas, Caro no tuvo que enseñarle muchos atributos al veterano escucha Ramón Peña, quien le otorgó su segundo bono más lucrativo en una carrera que como scout supera la treintena de años. El año pasado, el ejecutivo de los Indios le dio un contrato de 1.1 millones al paracorto Dorssys Paulino, quien en su primer año responde con un average de .318 (44-14) con un trío de dobletes en la Rookie League.
Grandes atributos
“Desde que lo vi por primera vez me gustaron sus atributos, este joven es un puro diamante en bruto”, expresa Peña del espigado de 6´4 y 190 libras, otro tesoro producto del programa que dirige Iván Noboa.
“Desde que lo vi por primera vez me gustaron sus atributos, este joven es un puro diamante en bruto”, expresa Peña del espigado de 6´4 y 190 libras, otro tesoro producto del programa que dirige Iván Noboa.
“Creía que él también sería hembra, en ningún momento el médico me dijo que entre los tres tenía un varoncito, no fue hasta que alumbré cuando le observé su parte”, nos dice su madre, una ama de casa quien de partos anteriores había ya alumbrado a Keily, de 24 años y a Jerelle de 21. Caro es el único varón.
Mientras que su padre se sorprendió un poco cuando supo su esposa, con quien tiene 28 años de casado, estaba embarazada de trillizos, para la época era un empleado del ingenio Ozama que devengaba un salario de 650 pesos mensuales. “Es un poco estremecedor, pero siempre hay que echar el pleito”, sostiene el hoy abogado de profesión.
Sus padres recuerdan que con frecuencia la doctora que atendía a Mercedes le pedía el hijo varón para darle crianza, empero los dos siempre se oponían.
Con una disciplina ejemplar, Caro está preparado para enfrentar los retos que le esperan en lo adelante y desarrollarse como pelotero lo más rápido posible en el sistema de fincas de los Indios.
No se sorprendan si en unos pocos años observan a un trillizo dominicano siendo figura de primer nivel en el béisbol de Grandes Ligas.
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