martes, 1 de noviembre de 2011

Viven la experiencia como padre e hijo Gira por Taiwán, un asunto familiar para los Canó


FE..TAIPEI, Taiwán -- Oh, cuántas cosas han cambiado desde que José Canó jugó en Taiwán.
En aquel entonces, cuando el ex pitcher derecho de los Astros de Houston lanzó para los Leones de Uni-President (1992-94) y los Dragones de Wei Chuan (1998-99), ni siquiera había vestidores en el Xinzhuang Stadium en la Ciudad de Nuevo Taipei. ¿Regaderas? No. Simplemente llegabas al estadio con tu uniforme puesto y volvías a tu casa para bañarte y lavar el uniforme. También en aquel entonces el terreno era de grama artificial, ahora es de césped.
"Aquí, en el primer inning se tocaba la bola, y si alguien cometía un error en la misma primera entrada, debía salir del juego", recordó José. "Regreso aquí 12 años después y las cosas han mejorado".
En efecto, especialmente debido a que su hijo, el segunda base estelar de los Yankees Robinson Canó, es una de las mayores atracciones del Equipo de Estrellas de Grandes Ligas que disputará un total de cinco juegos en tierras asiáticas comenzando el martes. El lunes, los peloteros de Grandes Ligas fueron la gran atracción en Taipei cuando saltaron al terreno para tomar práctica de bateo ante una multitud que no paraba de ovacionarlos.
Después de la práctica, José y Robinson revivieron el pasado Festival de Cuadrangulares de State Farm celebrado previo al Juego de Estrellas en Phoenix, donde José hizo los lanzamientos y Robinson terminó llevándose la competencia para agenciarse una victoria familiar.
La idea era que José lanzara 15 pitcheadas de práctica de bateo a Robinson y que por cada jonrón que Robinson conectara se donara dinero a organizaciones de beneficencia. El terreno quedó listo y el anunciador del sonido local encendió a los fanáticos entonando la frase "¡Vamos Canó!" y José arrancó la acción.
Después de un comienzo flojo, Robinson se voló la barda en cuatro ocasiones, incluyendo un panorámico batazo sobre la marca de los 400 pies por todo el jardín central.
"Estoy realmente impresionado con toda la fanaticada aquí", admitió Robinson, cuya opción para el 2012 fue ejercida por los Yankees. "Me gustaría regresar aquí más a menudo. Fui fanático del béisbol mientras crecía, escuchaba hablar de béisbol todo el tiempo por mi padre, y él jugó aquí.
"No tuve la oportunidad de verlo jugar aquí, pero ahora los dos estamos aquí".
Los fanáticos de Taiwán no podrían estar más felices.
Mientras que José se reencontraba con viejos conocidos en sus días como jugador en Taiwán, su hijo convivía de cerca con sus compañeros del Equipo de Estrellas de MLB - peloteros a quienes solamente había visto del otro lado del dugout desde que debutó con los Yankees en el 2005.
De hecho, mientras Robinson luchaba contra el fuerte viento para volarse la barda al comienzo de su actuación en el Festival de Cuadrangulares, su compatriota Erick Aybar de los Angelinos, el venezolano Pablo Sandoval de los Gigantes y el quisqueyano Emilio Bonifacio de los Marlins entraron al terreno de juego, cámara en mano para alentar a su compañero y captar el momento.
Los aficionados en Taiwán no eran los únicos que admiraban el show de los Canó. El compañero de Robinson en Yankees, el jardinero central Curtis Granderson, también fue incluido en el Equipo de Estrellas y confesó que sentía envidia por lo que los Canó están haciendo ahora mismo.
"Es algo admirable", exclamó Granderson. "Ves relaciones entre padres e hijos cuando tienen la oportunidad de jugar juntos para la misma institución, y he aquí una de ellas. Me hubiera gustado tener la oportunidad de jugar junto a mi padre en algún momento de mi carrera, pero nuestros caminos nunca se cruzaron.
"Y no sólo tienen [Robinson y José] la oportunidad de estar juntos en el terreno, sino que su padre aún tiene las condiciones físicas para jugar. Su padre está lanzando la práctica de bateo, y eso lo hace aún más satisfactorio".
Robinson dijo que su padre ha sido un factor clave para que este viaje a Taiwán sea una experiencia inolvidable. Su padre tiene planes de llevarlo a comer a los que eran sus restaurantes favoritos y lugares que solía visitar, y Robinson dijo que aprecia todo eso.
"Quería venir aquí y ser testigo de todo", expresó Robinson. "Es algo grande estar junto a mi padre en este viaje".

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