Esteban Pagan Rivera---
El continente americano se reunió ayer en Guadalajara para celebrar la hermandad que los une, y una vez más, el deporte fue el responsable del junte.
Y vaya celebración! El estadio Omnilife recibió un total de 42 países y anoche quedaron inaugurados los XVI Juegos Panamericanos con una vistosa ceremonia en la moderna instalación, que ayer fue abarrotada por alrededor de 50,000 personas que se gozaron cada segundo de la ceremonia.
Las gradas del Omnilife les dieron una calurosa bienvenida a cada una de las delegaciones, y Puerto Rico no fue la excepción. Borinquen presentó, oficialmente, su segunda delegación más alta en estos Juegos con un total de 262 atletas, aunque una cantidad de ellos no desfiló por aún no haber llegado a Guadalajara. Liderados por el abanderado Luis Felipe “Tingui” Vargas, la delegación boricua entró vestida de una chaqueta negra y una boina del mismo color. Los boricuas, al igual que todas las delegaciones, se gozaron al máximo la experiencia.
Para Vargas, veterano gimnasta, abanderar la delegación en Guadalajara fue el punto de exclamación en una brillante carrera, en la cual ha acumulado un sinnúmero de logros, incluyendo triunfos en este mismo escenario panamericano. Los Juegos de Guadalajara serán los cuartos para Vargas, quien también participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La emoción se apoderó de Vargas, de 28 años, quien en el desfile besó la monoestrellada.
“Ha sido algo bien grande”, compartió Vargas en medio de la ceremonia. “En verdad es algo inexplicable. Por un momento, me sentí, como quien dice, el centro del universo al cargar esa bandera frente a tantas personas. Es algo que nunca olvidaré”, añadió.
La ceremonia comenzó al filo de las 8:00 de la noche, cuando Vicente Fernández entonó el himno nacional y luego continuó con “México Lindo”. Fernández sentó el tono para el resto la noche, en la cual el orgullo mexicano fue la gran estrella de la velada.
Entre el grupo de delegaciones, Brasil se llevó uno de los más sonoros aplausos y algunos de los brasileños, fieles a su estilo jovial, se mantuvieron bailando frente a un sector de la grada mientras el resto de las delegaciones tomaban su turno en el desfile.
Como era de esperarse, el momento más emotivo de la noche fue cuando la delegación mexicana salió al escenario al ritmo de la canción “México” de Timbiriche. El estadio Omnilife explotó en júbilo y por minutos aplaudieron a los suyos, que no dejaban de agradecer, ondeando su bandera, el apoyo recibido en casa. Y para mantener los ánimos por las nubes, el desfile de México fue seguido por la presentación de la popular banda de rock, Maná, que arrancó con “Lluvia al corazón”.
El primer oficial en dirigirse al público fue el gobernador de Jalisco y presidente del Comité Organizador, Emilio González Márquez, quien pidió por “una América unida desde Alaska a la Patagonia”.
Luego, el presidente de México, Felipe Calderón, inauguró los Juegos ante la ovación de la multitud, no sin antes expresar que “estos Juegos simbolizan la unión fraterna,la paz y unidad que deseamos entre todos los países de América”.
Tras un espectáculo musical en el que destacó una increíble secuencias de luces utilizando linternas posicionadas en cada asiento de las gradas, además de la presentación de Alejandro Fernández, la ex atleta mexicana Enriqueta Basilio entró al estadio cargando la antorcha panamericana, la cual fue pasada a la clavadista Paola Espinosa, quien culminó el encendido simbólico del pebetero, colocado en el techo del estadio. Y con gritos de “México, México!” al finalizar la ceremonia por parte del público, los Juegos Panamericanos de Guadalajara arrancaron con el pie correcto.
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