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Alemania sobrevive. Y lo hace tras una demostración de casta y amor propio que le permitió recuperarse de un inicio desastroso y superar las adversidades para superar a Turquía y, así, prolongar sus opciones hasta la última jornada de la segunda fase.
Los alemanes empezaron mejor (4-0), aunque no tuvo éxito la zona que planteó Bauermann, con constantes desajustes que aprovechó Asik, con 6 puntos consecutivos de inicio. Turquía no jugaba mucho mejor que su rival, pero el bloqueo mental germano era antológico y, con muy poco, se hizo brecha en el luminoso (6-13).
Cuando Savas y Kanter se sumaron al festival de Asik, la diferencia creció hasta los 12 puntos (10-22, min.14), aunque, con Nowitzki muy apagado (y cargado de faltas), Kaman tomó el testigo alemán para liderar un 10-2 de parcial para su equipo que igualó el gris choque, nivelado al descanso: 23-26.
El caos de la primera mitad dio paso a un segundo cuarto frenético, mucho más animado que lo visto hasta ese momento, lo cual tampoco era demasiado difícil. Todo empezó con el festival deNowitzki. Dirk despertó con 7 puntos consecutivos, incluido un triple en plena carrera tras coger un rebote en su aro. Su posterior asistencia a Kaman le dio por fin ventaja a Alemania (34-33, m.24). Había partido nuevo. Un partido que habría que jugar sin Nowitzki, al banco por llevar 4 faltas.
El 0-5 turco fue un espejismo. Los fogonazos de Schaffartzik y la sobriedad en la zona deKaman cubrían el hueco de Dirk mucho más que un Jagla perdido y sin confianza (5 faltas en 10 minutos). Un triple de Arslan mantenía viva la esperanza turca, aunque, ya en el último periodo y con Dirk en pista, el gran héroe fue Schwethelm. De sus manos salió un triple para estirar la ventaja alemana hasta los 6 puntos. ¿Qué Ilyasova replicaba? Pues otra canasta de 3 para dejar las cosas en su sitio (58-52, m.35).
El choque parecía teñirse de blanco tras un 2+1 de Kaman (61-52), pero Asik, con tres canastas consecutivas, a cada cual más meritoria, le daba emoción al encuentro en su parte final (64-62). En esas volvió a aparecer el gran héroe alemán, Schwethelm, para demostrar que Alemania es algo más que dos estrellas y unas comparsas y para dejar encarrilado un partido que los deBauermann sentenciaron en el carrusel final de tiros libres: 73-67. Siguen con vida.
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