Héctor García
ORGULLOSO
ORGULLOSO
Si estuviera sentando en el sillón de un directivo de las Águilas Cibaeñas, me sentiría orgulloso de la organización en sentido general y del equipo que salió al terreno de juego en octubre pasado y no tuvo un buen año. Me sentiría orgulloso porque las Águilas es el equipo con más coronas (20) dentro de la pelota criolla y porque como organización nunca se ha visto envuelta en escándalos reñidos con las buenas costumbres. Sus directivos todos son hombres que han pasado por diferentes posiciones y siempre salen de las mismas con la frente en alto.
Me sentiría orgulloso además, de tener una fanaticada en el ámbito nacional que disfruta sus triunfos y llora sus escasos fracasos. Me sentiría orgulloso también de tener adversarios que me temen y muchos que disfrutan las derrotas.
¡Ese es el liderazgo!Los campeones nacionales han perdido la corona, atravesando por una temporada difícil, diría que de contrataciones que no llenaron el cometido; jugadores veteranos que las cosas no les salieron bien y a otros, el tiempo les dijo “ya”.
Con la experiencia dirigencial de hombres como Winston Chilote Llenas, Reinaldo Bisonó Toribio, José Augusto Vega Imbert y demás, las Águilas, no están en peligro y tampoco se dejarán arrastrar al terreno que “francotiradores profesionales” aspiran.
Todo lo contrario, estoy seguro que las Águilas ya están preparadas para un seminario abierto, donde se analizará con detalles lo ocurrido. Por ende confío en que las Águilas saldrán fortalecidas de este mal momento y aunque con deficiencias de raíces en el terreno de juego por cuestión del calendario, sus ejecutivos saben qué hacer y no escatimarán esfuerzos, porque ellos trabajan para su fanaticada. En conclusión voy a la solución de los problemas que generaron una mala temporada y que provocaron la pérdida de una larga batalla.
¡Ellos lo que más saben es ganar y actuar con lealtad y honradez!
¡Las Águilas, son parte vital del béisbol invernal y héroes del deporte nacional!
Me sentiría orgulloso además, de tener una fanaticada en el ámbito nacional que disfruta sus triunfos y llora sus escasos fracasos. Me sentiría orgulloso también de tener adversarios que me temen y muchos que disfrutan las derrotas.
¡Ese es el liderazgo!Los campeones nacionales han perdido la corona, atravesando por una temporada difícil, diría que de contrataciones que no llenaron el cometido; jugadores veteranos que las cosas no les salieron bien y a otros, el tiempo les dijo “ya”.
Con la experiencia dirigencial de hombres como Winston Chilote Llenas, Reinaldo Bisonó Toribio, José Augusto Vega Imbert y demás, las Águilas, no están en peligro y tampoco se dejarán arrastrar al terreno que “francotiradores profesionales” aspiran.
Todo lo contrario, estoy seguro que las Águilas ya están preparadas para un seminario abierto, donde se analizará con detalles lo ocurrido. Por ende confío en que las Águilas saldrán fortalecidas de este mal momento y aunque con deficiencias de raíces en el terreno de juego por cuestión del calendario, sus ejecutivos saben qué hacer y no escatimarán esfuerzos, porque ellos trabajan para su fanaticada. En conclusión voy a la solución de los problemas que generaron una mala temporada y que provocaron la pérdida de una larga batalla.
¡Ellos lo que más saben es ganar y actuar con lealtad y honradez!
¡Las Águilas, son parte vital del béisbol invernal y héroes del deporte nacional!
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