miércoles, 11 de octubre de 2017
JUNTO A TRES GRANDES DE LA NARRACIÓN
Durante nuestra larga carrera como profesional de la locución, tuvimos la oportunidad de compartir micrófonos con grandes figuras de la narración deportiva, tanto criollos como extranjeros.
Hoy nos vamos a referir a tres extranjeros que dieron cátedra de narración en beisbol, boxeo y otros deportes. Tal fue el caso del maestro Buck Canel, Felo Ramírez y Delio Amado León.
Buck era argentino, pues su padre, de nacionalidad norteamericana, casó con una ciudadana en Argentina, país de América del Sur donde nació el famoso narrador que muchos creían que había sido en los Estados Unidos de América.
Buck Canel era un maestro en la narración de beisbol, boxeo y baloncesto y dueño de un vozarrón que hacía estremecer la bocina de los radios.
Con él compartimos cuando la décima sexta serie de beisbol amateur se efectuó en nuestro país. Lo recordamos como un hombre jovial, preciso en la narración y de una larga experiencia, pues fue el creador de la Cabalgata Deportiva Gillette y quien, en los momentos de expectación, hizo famosa aquella inolvidable frase de: “no se vayan que esto se pone bueno”.
Durante esa misma serie vino al país el cubano Felo Ramírez, de larga experiencia desde cuando se dio a conocer narrando para uno de los tradicionales equipos de la pelota rentada de Cuba y más luego, narrador oficial de los Marlins de Miami. La muerte de Felo ocurrió hace poco, en agosto de este año.
Junto a Delio Amado León trabajamos allá por el año 1979. También era dueño de una bien timbrada voz y aunque no comenzó como tal, sino, como la voz comercial de Pancho Pancho Pepe Cróker, más tarde se hizo narrador. Pancho Pepe, por cierto, dio cátedras en la narración deportiva de su querida Venezuela y murió a los 35 años en un lamentable accidente, pues también era corredor de autos de carrera.
A Delio lo sustituimos en 1980, pues nos invitó para que ocupáramos su puesto como narrador de los Leones del Caracas mientras él estuviera en los Estados Unidos transmitiendo la serie mundial de entonces. Pasamos casi dos meses haciendo el trabajo, tocándonos narrar en la capital venezolana, en Valencia y Maracaibo a través del Gigante Rumbos, la más poderosa estación de América Latina, entonces con 100 kilos de potencia en antena.
Del maestro Buck Canel recordamos un chiste que nos hizo cuando vino aquella vez. Me contaba un día que él y dos cronistas venezolanos iban para Santo Domingo en un carro de Línea Duarte después de trabajar en Santiago durante una transmisión. Los venezolanos iban durmiendo en el asiento trasero y él, Canel, junto al chofer. Entonces no existía la carretera que hoy une a ambas ciudades y el vehículo cayó en un bache, despertándose asustados los venezolanos: “¿ Qué pasó, vale, qué pasó?” Ante la pregunta, Canel se puso un dedo en los labios y les dijo: “Sshhu, cállense, que el chofer va durmiendo…”
Buck, Felo y Delio Amado, fueron tres glorias de la narración deportiva latinoamericana y con quienes tuvimos el placer de trabajar junto a ellos.
Ramón De Luna
11 de octubre, 2017
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