PORT ST. LUCIE, Florida -- En un camerino de los Mets de Nueva York en el que el español retumba por todas partes, una frase concisa describe a Amed Rosario en cualquier idioma: El Futuro. Rosario, en su primera participación en un campamento de pretemporada, batea para .296, ha exhibido un vistoso repertorio defensivo y la velocidad de piernas que tienen al torpedero dominicano como el prospecto más cotizado de la organización. "Me ha mostrado todo lo que se necesita mostrar", declaró el manager de los Mets Terry Collins.
Rosario, de 21 años, disputó 120 juegos en 2011, iniciando su segunda temporada en la sucursal de Clase en A en St. Lucie y en junio ascendió a la de Double-A en Binghamton. Acumuló un promedio al bate de .324 en ambas -- con un .341 en la categoría más alta -- y fue seleccionado para acudir al Juego de Futuras Estrellas.  "No se le ha visto que batee para poder en esta pretemporada, pero sabes que lo tiene", dijo Collins. "Es muy bueno de manos, tiene un gran aplomo en el terreno y disfruta jugar. Será un gran pelotero". "Lo que tiene que hacer es salir a jugar y hacer lo que los buenos jugadores hacen, y eso es tener 140 juegos (con la fila de Las Vegas en Triple-A) y poner buenos números. Se tiene a un excelente prospecto que está al umbral", añadió. Rosario ha podido mostrarse en la Liga de la Toronja, codeándose con los jugadores de Grandes Ligas y seguirá con ellos tras sobrevivir la primera depuración en el roster de pretemporada el domingo. Con David Wright fuera por problemas físicos y José Reyes en la tercera base, Rosario y Asdrúbal Cabrera se han desempeñado como los torpederos en los juegos de exhibición. Y Rosario ha sido empleado más luego que Reyes se sumó a la selección dominicana que disputa el Clásico Mundial. "No tengo la menor duda que le gustaría entrar a mi oficina, lo que no haría, y pedirme un día libre porque está fundido", dijo Collins. Eso sería imposible con Rosario, dueño de una alegre personalidad, bromista con sus compañeros y dispuesto a interactuar con los fanáticos en las redes sociales. Pero no descuida su aprendizaje. También ha añadido músculo a su físico, producto de una rutina en la que llega bien temprano para hacer pesas. Cuando le preguntan sobre su torpedero favorito de niño, mencionó de inmediato a su compatriota: "Reyes", dijo. Reyes inició su carrera con los Mets en 1999, y su legado puede ir más allá de su juego en el extremo izquierdo del cuadro interior, por su influencia en el desarrollo integral de Rosario. "Estoy muy agradecido de contar con gente como José", dijo Rosario. "No solo me da consejo en el terreno. Realmente me ayuda sobre cómo hacer las cosas en el terreno de juego". Alguien que ha podido ver de cerca a Rosario es Tomás Nido, un prometedor cátcher y otro debutante en un campamento de pretemporada. Detrás del plato, Nido ha visto las espectaculares intervenciones de Rosario en el campocorto: batazos con aroma de hit que acaban en rodados de out. "Es un monstruo", dijo Nido sobre su amigo y compañero de temporadas en las sucursales de Brooklyn y St. Lucie. "Ha cumplido con las expectativas". El puertorriqueño Nido, el receptor prospecto más destacado de la organización, añadió: "Es como si Reyes fuera su hermano mayor. Sigue su ejemplo. Es fabuloso ser testigo de ese crecimiento".
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