Cuando un organismo, una institución o una persona física (o conjunto de personas), o simplemente una familia, renuncia a acatar las normas de la ética o cuando manifiesta un total desprecio al orden, al buen nombre, a la integridad física o moral de alguien, y a las buenas costumbres, casi siempre los resultados nunca serán de los mejores. Entonces, se impone la auto crítica, como única vía para que las cosas cambien a favor. Así se podrían revertir los fracasos y en esa misma medida los resultados serían positivos.
Persistir en mantener intocables los elementos que impiden constantemente el éxito de cualquier gestión, es un grave error del que solo se beneficiarían terceros, nunca quien lo promueve. Soy mas explícito que el buen amigo y colega Ramón Antonio Veras (Negro Veras): el problema de fondo es la inexistencia de un código de ética que pongan en sintonía toda la estructura de una institución, no solo los que dirigen y lo que juegan, sino a todo el mundo. Un simple ejemplo que muchos dirían no viene al caso, y que no tiene nada que ver con ganar o perder, pero que indirectamente forma parte del mal de fondo: Nadie se fija y mucho menos a nadie le duele ni le preocupa que las humildes chicas llamadas "cubeteras" que son las que venden cervezas y refrescos, tengan que arrastrar como hombres cubetas pesadísimas, una vez termina un juego, y a nadie, talvez por economía u otra razón, no se le ocurre aliviarle la carga a esas humildes jovencitas, proveyéndolas de un simple carrito con ruedas para hacerles su trabajo menos duro y menos humillante. A todo eso agréguele la auto crítica objetiva y sincera de un buen amigo allegado al entorno aguilucho, que habla de falta de organización en algunos de las altas instancias. Y así, usted va sumando y sumando mas entuertos y desaciertos y al final se forma se forma un iceberg, donde lo peor no es lo que se ve, sino lo que no se ve, pero que todo el mundo sabe que existe. Al béisbol, comercialmente hablando, no le conviene que equipos tradicionalmente ganadores y con mucha fanaticada, no tengan la oportunidad de participar por lo menos en la serie semifinal (round robín), o en las series finales para decidir el campeón. Unos no llegaron por causas diferentes, pero no tienen como las Aguilas Cibaeñas, tantos años consecutivos, fuera de la opción de participar en una serie final. Etica.....Etica....Etica..., respeto a la ética, es lo que hace la diferencia entre los que se les hace imposible ganar al final y los que ganan con cierta frecuencia. No hay otra solución. Así de simple.
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