martes, 17 de septiembre de 2013
Cuando Max Scherzer logró su 19na victoria de la temporada el 24 de agosto, la percepción generalizada era el que pitcher de los Tigres de Detroit se había asegurado el Cy Young de la Liga Americana. Pero, ¿qué tal y si su principal rival se encuentra dentro de su propio equipo? AP
El venezolano Aníbal Sánchez, otro derecho de los Tigres, es el líder —y por amplio margen— en promedio de carreras limpias permitidas de la Americana.
Scherzer no ha vuelto a ganar desde que llegó a los 19 triunfos, acumulando un par de derrotas y dos salidas sin decisión. La victoria número 20 se le escapó el domingo cuando su bullpen no pudo preservar una ventaja por la mínima diferencia, luego de permitir una carrera y cinco hits, con 12 ponches y un boleto en siete entradas.
A raíz de sus actuaciones no tan dominantes, el compás se ha abierto para otras candidaturas, como las de Yu Darvish (Rangers), Chris Sale (Medias Blancas) y Sánchez. Félix Hernández (Marineros) es otro nombre dentro de la puja, pero sus posibilidades se han visto menguadas por culpa de una lesión en la espalda, amén de encajar 24 carreras limpias al perder cinco de sus últimas seis decisiones.
Abultar la columna de victorias dejó de ser la garantía para obtener el premio, como se demostró en años recientes con el galardón otorgado en 2010 a Hernández con una foja de 13-12. Otro precedente se estableció en 2009, en el que Zack Greinke, entonces con los Reales, fue el laureado con marca de 16-8, tres victorias menos que Hernández. Pero Greinke superó al venezolano en efectividad: 2.16 sobre 2.49.
En este 2013, la candidatura de Sánchez (14-7) toma impulso con sus excepcionales números durante la segunda mitad de la campaña.
Aunque tenga cinco victorias menos que Scherzer, la efectividad de Sánchez de 2.50 supera el 2.95 que tiene su compañero de rotación.
Durante un lapso de 10 actuaciones que se remontan al 24 de julio hasta el presente, Sánchez acumula nueva aperturas de calidad y sin derrotas.
Sánchez, además, figura séptimo en ponches (178), pese a que su número de aperturas es el más bajo del lote de líderes debido a que estuvo fuera casi tres semanas, entre el 16 de junio y el 7 de julio, por una dolencia en el hombro.
De hecho, Sánchez le pisa a los talones a Scherzer en cuanto a promedio de ponches cada nueve innings, con 9.67 contra 10.67 de su colega.
Para las dos semanas que restan de campaña y avistando la oposición, el venezolano puede consolidar sus credenciales a costa de equipos con débiles ofensivas como los Marineros el martes, además de los Medias Blancas y Marlins.
Sánchez llegó a Detroit mediante un canje con los Marlins a mitad de la pasada campaña. Los Tigres optaron por retener al agente libre con un pacto de 80 millones de dólares por cinco años que en estos momentos luce como una magnífica inversión, ya que Sánchez lanzó un juego de un hit contra los Mellizos el 24 de mayo y también fijó el récord de ponches de la franquicia en una apertura al propinar 17 a los Bravos el 26 de abril.
“Todo esto es el resultado de mi trabajo y de mi madurez”, dijo Sánchez tras la apertura de la semana pasada ante los Medias Blancas y en la que superó su marca personal de victorias en una campaña. “Tengo la confianza para lanzar strikes”.
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