JOSE LUIS MENDOZA..LIDOM..SANTO DOMINGO.— En un país donde abunda el reconocimiento a la trayectoria, donde cada provincia tiene un pabellón de "inmortales" y donde cada rama del quehacer humano premia a los mejores en su oficio extraña que la pelota invernal dominicana no tenga su propio nicho de leyendas. Sorprende que la actividad deportiva de mayor cobertura mediática en nuestra nación no evalúe cada año la posibilidad de que 5 ó 6 de los mejores de siempre ingresen en un listado exclusivo. Y esto lo decimos, más que a modo de crítica constructiva como una sugerencia con la mejor de las intenciones.
Nos imaginamos un acalorado debate para fijar los estándares de rendimiento de los posibles miembros del hipotético salón de inmortales del béisbol de invierno. Surgen numerosas interrogantes sobre diversos tópicos. ¿Qué hacer con los que han sido estelares en las mayores y su rendimiento aquí no es tan sustancial?, ¿Cómo valorar en su justa dimensión los refuerzos que no permanecieron tanto tiempo como los nativos?, ¿cómo ajustar a cada época el rendimiento que probablemente hoy parece insuficiente?. El sólo hecho de fijar los parámetros es fascinante y abre una veta rica en temas de investigación, opinión y debate del cual participarían comunicadores, seguidores del pasatiempo y las mismas figuras protagónicas.
Ver los acalorados debates que genera la contraposición de figuras que a diario son comparadas por los seguidores del béisbol en diversos medios de comunicación y como, a su vez, eso genera ríos de tinta y horas de televisión y radio de parte de los analistas más importantes de la materia, es el mejor termómetro para saber el potencial de este proyecto.
Pero hay que contestar la más importante de las cuestiones: ¿por qué? Aunque al principio de este artículo se reconoce que en estos 48,442 kilómetros cuadrados abundan y muchas veces sobran los altares a la excelencia, tanto que uno se pregunta sino se ha relativizado el concepto mismo, no por eso hay que descartar esta idea. Entendemos que si hay un evento deportivo que merece su Salón de la Fama y reconocer su Patrimonio Histórico, sobre todo en materia de recursos humanos, es la pelota de invierno.
El debate se centrará en los grandes jugadores que han poblado los terrenos de juego en a lo largo de décadas, pero también incluye dirigentes, gerentes generales y ejecutivos que han colocado su granito de arena en construir este escenario actual que sigue creciendo y fortaleciendo el béisbol como entretenimiento de la familia dominicana. Parte de ese crecimiento es apostar por realzar el las glorias del pasado.
Es tiempo ya.
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