Tras casi dos semanas de concentración, la selección española va a disputar su primer partido amistoso, un encuentro importante por el rival, Francia, que cuenta con seis jugadores NBA como España, y porque va a medir el nivel de preparación de la actual campeona de Europa.
Los resultados, del partido y del juego del equipo, no serán definitivos ni vinculantes, pero sí pueden comenzar a marcar una trayectoria que se presupone apunta a lo más alto de nuevo.
La carga de trabajo ha sido importante estos días y los sistemas de juego están cogidos con alfileres. También falta el último ajuste técnico de los jugadores. Todos quieren jugar y saber cuál es su actual estado de forma.
Francia ya ha disputado dos partidos de preparación contra Canadá, ganando los dos de paliza (106-44 y 86-69) y lleva más entrenamientos porque empezó el 12 de julio.
Joakim Noah, el pívot de los Bulls de Chicago, fue el último en llegar a las filas galas, el pasado viernes, tras cumplir un protocolo de rehabilitación en Los Ángeles con su equipo. Por tanto, es más que probable que el jugador apenas tenga minutos en pista.
"Somos un grupo que tiene mucha hambre", se apresuró a declarar Noah nada más llegar a la concentración francesa, mientras que el entrenador Vincent Collet habló de "un gran refuerzo"y Ronny Turiaf afirmó que "jamás había habido un equipo con tan buenos jugadores".
La selección española deberá comenzar a demostrar que su juego interior puede causar pavor entre los rivales, que Serge Ibaka ya es uno más, y que defensa y contraataque serán sus señas de identidad, haciendo buenos los deseos de Scariolo de mayor velocidad pese a un incremento en la altura y el peso de los jugadores interiores.
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