ESPN..SURPRISE, Ariz. -- La esperanza es eterna en marzo. Pero una vez el cotorreo se pasa, y las nóminas y plantillas del Día Inaugural comienzan a entrar en foco, la realidad le da a la esperanza un verdadero desafío.
Luego de ganar 67 partidos en el 2010 (la octava vez en 10 años que no han logrado superar 70), los Reales de Kansas City están resignados a otro final por debajo de .500. Los Marineros de Seattle, justo después de anotar 513 carreras, peor total en las Grandes Ligas, tienen a Felix Hernández, Ichiro Suzuki y son dueños del cuarto puesto en la división Oeste de la Liga Americana. Y los Indios de Cleveland probablemente no podrán ir a ningún sitio en la Central de la Liga Amercana a menos que Travis Hafner y Grady Sizemore puedan convertir cada día en el Día de Atrasar el Reloj.
Si estos tres equipos de la Liga del Cactus tienen esperanza, es por jugadores jóvenes con el talento de cumplir con el bombo publicitario. El optimismo viene por el prospecto de tercera base de los Indios Lonnie Chisenhall dando batazos enormes por todo Goodyear y el lanzador Alex White demostrando atletismo increíble mientras saltaba de la lomita para completar una jugada en un toque. O el prospecto lanzador de Seattle Michael Pineda llenando una puerta con 6 pies 5 pulgadas, 257 libras e iluminando la pistola de radar en 98 mph. O el receptor convertido Wil Myers deambulando los jardines mientras que oleadas de lanzadores jóvenes desplegaban su material para los Reales.
Y viene de los jugadores de abajo, quienes están tan solo a unos pocos ajustes y a una poquita experiencia de ser jugadores de impacto en las Grandes Ligas por un largo rato.
Mike Moustakas y Eric Hosmer, Reales
Moustakas y Hosmer reciben un descanso de las reglas de ligas menores de la organización de Kansas City con su aparición en el campamento de Grandes Ligas esta primavera. Ellos no tienen que usar sus pantalones 6 pulgadas por encima de su calzado para que no se asomen sus calcetines, y están exentos de una prohibición al vello facial.
Ron Vesely/MLB Photos/Getty ImagesSe espera que Mike Moustakas, de 22 años, sea el antesalista del futuro de los Reales.
"Sí, y probablemente no hay muchos tipos que tienen 21 años y de 6 pies con 5, 240 libras, tampoco", Moustakas dijo. "Ése es un chico grande". A fines de los años 70, los Reales ganaron cuatro títulos de división en cinco años con jóvenes como George Brett, Frank White, Al Cowens y U.L. Washington uniéndose a Amos Otis y Hal McRae en una alineación poderosa. Ahora, los Reales están nuevamente colocando sus esperanzas en un sistema de menores cargado.
Si todo va de acuerdo al plan, los Reales piensan que estarán completos en los puestos de las esquinas del cuadro por años. Moustakas, 22, conectó 36 jonrones y tuvo porcentaje de slugging de .630 para Northwest Arkansas de la Doble A y Omaha de la Triple A la temporada pasada. Hosmer bateó para .338 con un OPS de .406 en dos paradas de las ligas menores. Temprano en los entrenamientos, Hosmer envió una pelota sobre el ojo del bateador del campo central a uno de los terrenos de atrás. Aunque a Hosmer no se le conoce por su velocidad, él arrancó a correr con dos outs durante un partido intraescuadra el siguiente día y anotó desde primera base en un sencillo.
"Tú tienes que ser un pelotero complicado. No puedes preocuparte solo por el bateo", Hosmer dijo. "Todos los tipos aquí se enorgullecen por su defensiva, y estamos en gran condición y nos ejercitamos muy duro. Nadie quiere ser una obstrucción en las bases''.
En acciones y palabras, Moustakas y Hosmer son prospectos de ensueño. Ellos se presentan temprano, le prestan atención a las cosas pequeñas, escuchan a los entrenadores, difieren a los veteranos y aceptan su responsibilidad como embajadores de la organización. Y si hay un fallo por corregir en sus juegos, ellos están decididos a arreglarlo.
El objetivo principal de Moustakas al momento es cambiar la percepción de que él no puede defender la tercera base a un nivel adecuado en las Grandes Ligas. Temprano en los entrenamientos, el coach de cuadro de los Reales Eddie Rodríguez pasó varios días observando a Moustakas fildear rolas y concebir un plan de ataque. Entonces se dedicaron a eliminar algunos malos hábitos y a "limpiar algunas cosas'', como explicó Rodríguez.
Rodríguez comenzó con el trabajo de pies de Moustakas, asegurándose lograr que él se alineara de forma apropiada. Prosiguieron a las acciones de mano de Moustakas, en un esfuerzo por crear más ritmo. Finalmente,
Rodríguez trabajo con Moustakas en los ángulos -- quebrando hacia atrás para buscar las pelotas, en lugar de lateralmente -- y asegurando que él mantenga su hombro frontal cerrado en los lanzamientos.
Moustakas irrumpió en el béisbol profesional como campocorto, así que está acostumbrado a deshacerse de la pelota rápidamente. Rodríguez quiere que él adquiera un enfoque más tranquilo en la tercera base.
"Mientras más duro le peguen, más lento tienes que ir tú'', el coach le dice. Pero la agilidad, el atletismo y la fuerza de brazo todos están ahí.
"Yo creo que él puede ser un tercera base por encima de la media'', Rodríguez dijo. "He escuchado de un pajarito sobre la diferencia entre el año pasado y lo que hemos visto hasta el momento esta primavera. Es como día y noche''.
A menos que haya un suceso de última hora en la Liga del Cactus, es probable que ambos jugadores iniciarán la temporada en Omaha. Hosmer necesita turnos al bate, y Moustakas puede mejorar su defensiva. Y si las cosas van bien, Moustakas será ascendido a fines de mayo o principios de junio, y pospondrá su elegibilidad a la agencia libre y al arbitraje salarial por un año. Una vez estos tipos se presenten en Kansas City, no será para un camafeo.
Carlos Santana, Indios
La República Dominicana es hábil produciendo lanzadores (Pedro Martínez y Juan Marichal), campocortos (Miguel Tejada y Tony Fernández) y jardineros (Manny Ramírez, Vladimir Guerrero y Sammy Sosa). Pero con la excepción de un Tony Peña aquí y un Miguel Olivo allá, la isla está un poco ligera en cuanto a receptores.
AP Photo/Mark DuncanCarlos Santana tuvo porcentaje de embase de .401 en 46 juegos con los Indios antes de lastimarse la rodilla en un choque en el plato.
Su bate nunca fue una preocupación -- de ninguno de los dos lados del plato. En seis temporadas de ligas menores, Santana registró un porcentaje de embasarse de .401. En 46 partidos con Cleveland el año pasado, él bateó para .260 con un porcentaje de embasarse idéntico de .401. El coach de primera base de Cleveland Sandy Alomar hijo dijo que la postura, el poder y la presencia de Santana al plato le recordaban a otro antiguo receptor de los Indios, Víctor Martínez.
El reto más grande para Santana es aprenderse sus lanzadores y sus repertorios, y separar sus responsabilidades defensivas de su ofensiva. Joe Mauer y Buster Posey hacían que pareciera fácil, pero Matt Wieters puede atestiguar que no lo es.
"Tarda un rato aprender los pormenores de llamar un partido, y las complejidades de cada lanzador que estás manejando'', el coach de pitcheo de Cleveland Tim Belcher dijo. "Una cosa a su favor es que él está interesado en hacerlo. Él quiere hacerlo. Ésa es una ventaja''.
Santana entró en la pelota profesional como un tercera base y un jardinero, por lo cual tiene mucho terreno por recorrer. Es afortunado al tener un mentor atento en Alomar, un seis veces participante en el Juego de Estrellas y ex ganador del Guante de Oro con un almacén de conocimiento sobre la receptoría y una facilidad para transmitirlo.
Los Indios pensaban que Santana era demasiado agresivo al tratar de "enmarcar'' envíos el año pasado, así que Alomar quiere que el receptor pula sus destrezas atrapando antes de que se obsesione demasiado con tratar de atrapar strikes cantados en la parte negra. Alomar también está esforzándose por simplificar el intercambio de la manopla de Santana a su mano antes de que arroje la pelota. Es muy diferente para un receptor que para un guardabosque.
"Pon la pelota en el aire'', Alomar dijo. "Tú no quieres tener un movimiento en dos partes. La pelota está ahí, y ya se fue. Tú no puedes aguantarla y lanzarla, porque entonces tiempo para pensar y cometer errores. Los receptores tienden a sobrecargarse cuando hacen eso''.
Los Indios piensan que la habilidad natural de Santana se encargará del resto. Él tiene los pies veloces requeridos, y al ser fornido de 5 pies 11 pulgadas y 190 libras, se acerca al físico ideal para un receptor. Los Indios quieren que Santana juegue un poco en la primera base cuando no está tras el plato, y han asignado a los directivos recién llegados Mike Hargrove y Eduardo Pérez a trabajar con él alrededor de la almohadilla esta primavera.
Los factores intangibles de Santana le ayudarán a impulsarlo lejos. Él se ha esforzado mucho en su inglés y continúa mejorando.
"Nosotros no queremos bombardearlo de información'', Alomar dijo. "Tú tienes que pensar sobre cuánto tiene encima este muchacho. Cuando traes a un joven mariscal a la NFL, él puede sentarse en la banca y aprender de un mariscal experimentado. En el béisbol de Grandes Ligas, si necesitas un receptor, lo traes a las Grandes Ligas y está aprendiendo improvisadamente. Tienes que ser paciente''.
Dustin Ackley, Marineros
La trayectoria del swing de Ackley, para algunos evaluadores de talento, hace recordar a Robin Ventura. Y como un segunda base que batea zurdo, con mentalidad ofensiva y cuyo guante aún está evolucionando, ocasionalmente lo mencionan en la misma oración que Chase Utley. Ackley corre mejor que Utley y tiene menos poder en una etapa similar, pero el resultado final es igualmente gratificante de ver."Él es un bateador fabuloso -- o al menos, lo será'', un cazatalentos de la Liga Nacional dijo. "Él podría ganar un título de bateo algún día''.
Harry How/Getty ImagesDustin Ackley, de 23 años, podría ser el intermedista de los Marineros tan pronto como en esta temporada.
Ahora lo único que necesita es una posición. Ackley se sometió a la cirugía Tommy John en Carolina del Norte y se mudó de los jardines a la primera base. Ahora está en medio de una transición a la segunda base, con todos los retos que eso conlleva. Si él no está alcanzando hacia su lado izquierdo y lanzando cruzando su cuerpo, está corriendo a toda velocidad al jardín derecho corto o al central e intentando atrapar elevados sobre su cabeza. Y existe el desafío constante de completar matanzas dobles mientras los corredores de las bases lo presionan con premeditación.
"Es un lugar peligroso, especialmente si la pelota llega tarde ahí'', Ackley dijo. "Yo lo descubrí bastante pronto en la Doble A. La gente entra duro. Incluso si estás detrás de la almohadilla, ellos van a atravesarla hacia ti. Tienes que salirte del camino o arriesgarás lesión, y todavía tienes que deshacerte de la pelota, también. Simplemente requiere experiencia de partidos''.
Después de batear para .424 para ganar el premio al JMV de la Liga Otoñal de Arizona, Ackley aumentó casi 10 libras en el receso de temporada, lo cual debería realzar su poder y ayudar su resistencia en el transcurso de una temporada larga. Él probablemente comenzará el año con Tacoma en la Triple A mientras que los Marineros salen del campamento con Brendan Ryan o Adam Kennedy en la segunda base. Unos dos meses adicionales le darán a Ackley tiempo para pulir su defensiva -- y, casualmente, posponer su elegibilidad a la agencia libre y al arbitraje salarial por un año.
Jack Zduriencik, saliendo de un año difícil como gerente general de Seattle, se pasó un día al inicio de los entrenamientos de primavera mostrando gran entusiasmo por el potencial de Ackley, los lanzadores Michael Pineda, Dan Cortés y Josh Lueke, y los jardineros jóvenes Johermyn Chávez y Carlos Peguero. Justin Smoak, quien tuvo un arranque lento en la Liga del Cactus, está pautado a empezar la temporada como el primera base regular de Seattle. ¿Cuánto tiempo hasta que Pineda y Ackley se unan a él?
"Ellos serán ligamayoristas y serán ligamayoristas buenos'', Zduriencik dijo. "Solo es cuestión de cuándo. Si sucede justo saliendo de los entrenamientos de primavera, que Dios los bendiga. Si tarda un poco de tiempo, eso está bien, también. No tenemos prisa''.
Los Marineros de hecho tienen un poco de prisa. Pero por cada Buster Posey o Jason Heyward que impresiona desde el principio, muchos más prospectos progresan a su propio ritmo. En el béisbol, como en la vida, por las cosas mejores merece la pena esperar.
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