MESA, Arizona -- Si Alfonso Soriano está conectando la bola hacia el jardín derecho, esa es una buena señal para los Cachorros.
"Si conecto un cuadrangular por el jardín derecho, sé que mi swing está bien", dijo el jardinero dominicano de los Cachorros acerca de su enfoque para batear hacia la banda contraria. "Eso significa que me estoy sintiendo bien y que tengo poder. Si pego un jonrón por el jardín derecho, eso significa que me fui con el lanzamiento".
Soriano batea para promedio de .364 esta primavera con un vuelacercas, el cual se fue por encima de la barda del jardín derecho en el Maryvale Baseball Park el 2 de marzo. En su más reciente juego el miércoles, el dominicano se fue de 2-0, y conectó un elevado al jardín derecho en la victoria de los Cachorros por 13-4 en contra de los Reales.
Los pitchers continuaran lanzándole adentro a Soriano, pero el coach de bateo de los Cachorros, Rudy Jaramillo, quiere que el toletero se vaya con el lanzamiento hacia la banda contraria. Lo bueno esta primavera es que Soriano puede concentrarse en batear y no en rehabilitarse de alguna lesión. El dominicano ahora está sano debido a un gran trabajo durante el receso de temporada.
Cada día, comenzando en enero en la República Dominicana, Soriano llevaba a sus hijos a la escuela, luego llegaba a la academia de los Cachorros para ejercitarse. Pasaba tres horas ahí, comenzando desde las 8:30 a.m. Su programa incluía ejercicios de fortalecimiento para sus piernas, correr y ejercicios de agilidad. Cuando terminaba, se iba a casa y completaba su rutina con ejercicios para fortalecer la parte alta de su cuerpo.
Luego era tiempo para comer, una corta siesta, y luego iba a recoger a sus hijos a la escuela. Soriano no pasó mucho tiempo bateando este invierno.
"El entrenamiento primaveral es de seis semanas, entonces tengo tiempo suficiente para practicar mi bateo", manifestó. "Trabajé en mis piernas, mi defensa, y en un poco de bateo en la República Dominicana".
Hasta ahora, su programa está rindiendo frutos.
El nativo de San Pedro de Macorís se encuentra a la mitad del camino de un contrato por ocho años y $136 millones y un bono de 8 millones como incentivo.
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