Ya estamos en enero y el jardinero dominicano Manny Ramírez se encuentra en una situación poco familiar: sin contrato. Ramírez es agente libre por apenas tercera ocasión en su carrera y viene de tener la peor campaña de sus 18 años en el béisbol de las Grandes Ligas.
Dividiendo tiempo entre los Dodgers de Los Angeles y los Medias Blancas de Chicago, Ramírez tuvo un promedio colectivo de .298, con nueve jonrones y 42 remolcadas a sus 38 años.
Viene de ganar US$18.7 millones de un contrato por dos años que firmó con los Dodgers y uno se pregunta si el desplome ofensivo, combinado con un comportamiento poco atractivo para las organizaciones de las mayores podría llevar a estas a “cobrarle” a Ramírez todas las del pasado este año.
Los Yanquis de Nueva York, Rays de Tampa Bay y un equipo no revelado de la División Oeste de la Liga Americana han mostrado interés en los servicios de Ramírez, quien acumula 555 cuadrangulares y 1,830 remolcadas de por vida en las mayores.
El talento del dominicano nunca ha sido cuestionado. La interrogante en estos momentos es si él podrá mantenerse al mismo ritmo en los años por venir.
Manny puede seguir siendo Manny, siempre y cuando su bate sea el que hable primero por él.
De no ser así, entonces sus días parecen estar contados.
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