martes, 21 de julio de 2009

Fucú del béisbol dominicano


ORLANDO -- Más rápido que lo que toma a un fanático escribir correctamente el nombre completo de Carl Yastrzemski, el prestigio del béisbol dominicano ha sufrido una serie de golpes, cuyas consecuencias finales ahora mismo son impredecibles, pero que de seguir su curso podrían hacer quedar como un juego de niños la maldición de Tutankamón o las plagas bíblicas que describe el libro de Éxodo. Con razones y fuentes bien conocidas, el pasatiempo nacional de los dominicanos va cayendo en desgracia y no precisamente de forma imperceptible, sino abrupta y desbocadamente, como rodando por una ladera hacia un abismo profundo y oscuro. Repasemos algunas cuentas del macabro rosario:

La final del béisbol invernal, ganada por Tigres del Licey ante Gigantes del Cibao, fue empañada por un trágico "forfeit" y sus consecuencias, ridículas para un evento que ya supera el medio siglo de existencia.

En la Serie del Caribe de Mexicali, México, Licey terminó con marca de 2-4, la peor de un equipo dominicano desde 1996. Para los dominicanos, ganar la Serie del Caribe es algo rutinario y por lo menos terminar con un balance positivo es casi de carácter obligatorio.

Pero si el resultado de la Pequeña Serie Mundial fue recibido como una alarma de bomba, lo que siguió en el II Clásico Mundial de Béisbol fue la bomba, pero una más potente que la unión resultante de las dos atómicas que lanzó Estados Unidos sobre Japón en 1945. Dominicana fue eliminado en la primera ronda de Puerto Rico al perder, no una, sino dos veces, ante Holanda.

Que el Reino de los Países Bajos haya vencido dos veces en cuatro días a República Dominicana en béisbol era tan probable como que un político en campaña dijera dos verdades consecutivas o que en la isla se acabaran los apagones, una utopía. Pero sucedió.

Más adelante, Alex Rodríguez, Manny Ramírez y Sammy Sosa perdieron sus boletos directos a Cooperstown en menos tiempo de lo que se dice "tres tristes tigres..."; José Rijo, asistente de gerente general, y Manny Acta, manager, fueron despedidos de sus altos puestos de trabajo en Washington; varios prospectos quedaron atrapados "in fragantis" por falsificar sus identidades tras firmar contratos millonarios y algunos peloteros establecidos pasaron a la lista de futura asignación, que es lo mismo que decir que fueron degradados.

Y todo eso no ocurrió en un tramo de años, sino de algunos meses, entre octubre y julio. Más rápido del tiempo que le toma a uno aprender a escribir el apellido Yastrzemski sin necesidad de acudir a Google por ayuda.

El béisbol, la industria sin chimenea de República Dominicana y una de las mayores fuentes de orgullo de la isla, pasa por una mala racha peor a la que tuvo Bob Buhl. Es como si de repente a la pelota quisqueyana le haya caido un "fucú" de magnitudes excepcionales y estuviera pagando una maldición.

"Fucú" es la personificación de la mala suerte extrema y la palabra con que los dominicanos tratan de explicar acontecimientos negativos y trágicos, incluso triviales, que suceden a algunas personas con relativa regularidad. Se puede ser o tener un "fucú", dependiendo de la forma en que se use al tenebroso término.

"Puede que Santo Domingo sea el Kilómetro Cero del Fukú, su puerto de entrada, pero todos nosotros somos sus hijos, nos demos cuenta o no", escribió Junot Díaz en su premiada novela "La breve y maravillosa vida de Oscar Wao".

Según Diaz, un simple "¡zafa!" anula las vibraciones malditas del fucú. Pero en la mala racha del béisbol dominicano, en lugar de tratar de exorcisar el maleficio con soluciones (o un gran "¡zafa!" colectivo), los afectados pierden el tiempo dándole explicaciones simplistas e ingenuas.

Pese a que el reprochable episodio de la confiscación de un partido de la final invernal ocurrió en enero, todavía en julio la Liga Dominicana no ha anunciado una sola medida para reducir las probabilidades de que eso vuelva a ocurrir.

A las debacles de Mexicali y San Juan los dominicanos le echaron la culpa al alcohol y las fiestas. Decir que beberse un par de tragos y bailar una bachata y un regaetton afecta el rendimiento de un pelotero dominicano (a un gringo tal vez le haga daño, pero no a un latino, mucho menos a un dominicano y eso está demostrado, sino científicamente, por lo menos empíricamente) es negarse a si mismo, es tan tonto como creer que el refresco de frambuesa aumenta los glóbulos rojos en la sangre (que nadie se atreva a decirle lo contrario a un dominicano).

¿Y que dijeron la mayoría de ingenuos dominicanos cuando algunos de sus mejores peloteros fueron reportados o suspendidos como usuarios de sustancias prohibidas, con admisión y solicitud de perdón incluida de dos y silencio culposo de otro? ¡Anunciaron el descubrimiento de una trama universal, un complot planetario, para enlodar todo lo que huela a dominicano y con eso, resuelto el asunto! Negar la existencia del problema descarta una pronta
por Enrique Rojas

GLOSARIO

Aquí una explicación de algunos de los términos utilizados por Enrique en su escrito:

* Carl Yastrzemski: Legendario beisbolista que sustituyó a Ted Williams en el jardín izquierdo de los Medias Rojas de Boston. En 23 temporadas, todas con Boston, pegó 3,419 hits, ganó una triple corona de bateo y el MVP de la Liga Americana (1967) y empujó 1,844 carreras. Para ahorrarse problemas con un nombre tan enredado, sus mismos compañeros le llamaban simplemente "Yaz".
* Éxodo: Significa partida. Asi se llama el segundo libro de la Biblia, que narra la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto. Marca el nacimiento de la nación judía y de su condición única de pueblo "elegido por Dios".
* Faraón: Reyes del antiguo Egipto. Se les consideraba descendientes de los dioses y cuando morían pasaban a ser adorados como dioses.
* Tutankamón: Fue el último Fararón de la Dinastía XVIII de Egipto, que gobernó por 9 años, entre 1,336 y 1,327 AC. La muerte rápida y en circunstancias extrañas de la mayoría de los exploradores científicos que descubrieron su tumba dio inicio a la "Maldición de Tutankamón".
* Moisés: Profeta de las tres grandes religiones; Cristianismo, Judaismo e Islam, que además de sacar a los judíos de Egipto recibió directamente de Dios la tabla con los 10 mandamientos.
* Utopía: Proyección humana del mundo idealizado, perfecto. No existe.
* Fucú: Persona con mala suerte. La mala suerte en sí misma. Algunos lo escriben con "k", pero su origen dominicano es con "c".
* ¡Zafa!: Expresión que anula o disminuye los potenciales daños de un fucú.
* Bob Buhl: Lanzador derecho que jugó 15 temporadas en la Liga Nacional, entre 1953 y 1967. Entre 1961 y 1963 se fue de 87-0 con los Bravos de Milwaukee y los Cachorros de Chicago. Bateó .089 (857-76) en su carrera.
* Junot Díaz: Nació en Santo Domingo y vive en USA desde los 7 años de edad. Su novela "La breve y maravillosa vida de Oscar Wao" ha sido traducida a 24 idiomas y fue ganadora del premio Pulitzer en el 2008.
* Buscón: El que prepara un chico para ser beisbolista y firmarlo al profesionalismo. No confundir con entrenador, ya que el buscón generalmente es diestro en muchas otras "artes" (cambiar identidad, revivir muertos, reducir edad, aumentar músculos y cobrar generosos honorarios, entre otras) además de enseñar a jugar pelota.
* Carlos Alvarez Daniel, alias Esmailyn González: En julio del 2006, los Nacionales de Washington firmaron al torpedero dominicano de 16 años Esmailyn González con un bono de 1,4 millones de dólares. En febrero del 2009 se enteraron que el muchacho en realidad se llamaba Carlos Daniel Alvarez Lugo y que tenía tres años más que lo que se pensaba, o sea 19 cuando firmó y 23 actualmente. Aunque los Nacionales quieren seguir desarrollando al pelotero, el Departamento de Estado de los Estados Unidos se niega a otorgarle una visa para volver al país debido a que cometió un delito federal cuando alteró su identidad para conseguir su primer visado. Otros peloteros que cometieron el mismo delito (ejemplo Tony Peña, alias Adriano Rosario, de Arizona) fueron perdonados, pero Alvarez ve pasar los días sin que su caso tenga una solución.
* Chirola: Cárcel.
* Botella: Un puesto de trabajo sin trabajo. Un artificio para pagar con dinero del gobierno (y por lo tanto del pueblo) un empleo inexistente, casi siempre a un familiar o compañero de partido del presidente o algunos de los funcionarios de turno.

No hay comentarios.: