sábado, 12 de junio de 2021

EL MVP MÁS IMPROBABLE DE LA HISTORIA EN NBA



Por Juan Estevez
En una temporada en la que hubo grandes candidatos que tranquilamente podrían haber peleado por el premio, Nikola Jokic terminó siendo votado por la prensa especializada como el MVP de la 2020-2021 de la Fase Regular. Una distinsión que hoy parece lógica y esperada, pero que hasta hace poco tiempo hubiera sido vista como una verdadera sorpresa. Al extremo de que el camino del serbio hacia el Más Valioso es probablemente el más improbable que se haya visto en la historia de la competencia.

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Los factores que justifican esa afirmación son muchos. El principal pasa por su llegada a la NBA como el pick 41 del Draft 2014. Y es que no solo se trata del lugar de selección más bajo para un MVP, sino que casi que triplica a los que hasta hoy tenían ese honor: Steve Nash y Giannis Antetokounmpo habían sido los elegidos más atrás en el orden, siendo seleccionados en el puesto 15... 26 lugares más adelante que Jokic.


Un Draft 2014 en el que también llegó a la NBA el segundo más votado para el MVP de esta campaña como Joel Embiid (pick 3), pero que tuvo a nombres absolutamente irrelevantes siendo seleccionados por encima de la hoy súperestrella de los Nuggets: Damien Inglis, KJ McDaniels, Cleanthony Early, Jarnell Stokes, DeAndre Daniels, Josh Huestis, PJ Hairston, Jordan Adams, Mitch McGary, Bruno Caboclo, James Young, Tyler Ennis, Adreian Payne y hasta joyitas como un 1-2 conformado por Andrew Wiggins y Jabari Parker, Dante Exum en el Top 5 y Nik Stauskas, Noah Vonleh y Elfrid Payton quedándose con las posiciones 8, 9 y 10 respectivamente.

Claro que su lugar en el orden del Draft no es lo único que transforma a Jokic en un MVP improbable. También están sus propias características de juego. Y es que normalmente se asocia al Más Valioso con un anotador puro... alguien que pueda tomar la bola y generar sus propios puntos en el uno contra uno constantemente. Algo que el de Sombor ha conseguido ser en esta 2020-2021, pero que no era el caso hasta la temporada pasada. Al punto de que solo promedió 19,9 puntos en la 2019-2020, mientras que el máximo de su carrera hasta la actual Fase Regular eran 20,1. Números de anotación sólidos, pero no los que normalmente vemos en un MVP.

Hasta hace no mucho más de un año, era común la creencia de que Jokic no era una opción confiable para ponerse un equipo en sus espaldas en Playoffs, justamente por esa carencia de dominio anotador. Era visto más como un distribuidor excelso, pero no como ese alfa ofensivo a la Kevin Durant, LeBron James, Steph Curry, James Harden o el mismo Giannis Antetokounmpo.

Y si bien esas virtudes en la distribución se mantuvieron en este certamen, consolidándose como probablemente el mejor pivote pasador de la historia, a ellas les agregó una combinación de puntos y eficacia absolutamente extraordinaria: 26,4 unidades con un 56,6% de cancha, un 38,8% en triples (lanzó un 31,4% en la temporada anterior) y un 86,8% en tiros libres. El paquete completo, al menos en ataque.


La propia posición de Jokic es otro de los factores improbables de su premiación. ¿Un pivote MVP en el año 2021?... ¿No es que ese puesto había perdido todo tipo de valor en los últimos años?, ¿Y encima uno sin explosión atlética y que por momentos luce fuera de forma? Bueno, la realidad no está tan alejada de eso, si tenemos en cuenta que el serbio es el primer ganador del premio en ocupar ese puesto desde que Shaquille O'Neal se lo llevó en el 2000.

Los pivotes pueden no tener el valor de años atrás y es difícil destacar en la NBA actual sin saltar alto o correr rápido... pero cuando aparecen talentos como el de Jokic poco de esto importa. El Joker sería una súperestrella jugando hoy, hace 15 años o hace 40. Realmente da igual.


Un factor más para su argumento: su condición de MVP internacional. Porque si bien los últimos tres años del premio han visto a un europeo quedarse con la distinsión (Giannis había ganado los últimos dos), esto está lejos de ser frecuente en el historial de la competencia. Al extremo que antes de Giannis y Jokic teníamos que hablar del alemán Dirk Nowitzki y el canadiense Steve Nash como los únicos otros internacionales, más allá de Hakeem Olajuwon y Tim Duncan, quienes nacieron fuera de Estados Unidos pero terminaron representando a dicho país.

¿Es cada vez más común ver a figuras provenientes del básquet FIBA brillar en la NBA? Seguro, pero cuando solo tenemos cuatro (o a lo sumo seis) ejemplos de esa clase de MVP a lo largo de 65 años de historia, no podemos dejar de mencionarlo como un factor diferencial.

A su vez, también podríamos hablar de los propios Denver Nuggets ayudando a su caso de improbabilidad. No solo por tratarse de una franquicia que no suele recibir tanta atención mediática como otras, sino sobre todo por ser un equipo que durante el transcurso de la 2020-2021 perdió a su segunda estrella (Jamal Murray), además de sufrir lesiones de varios otros hombres clave (Will Barton, Monte Morris, Gary Harris, PJ Dozier, entre otros). ¿Por qué lo sumamos como factor? Porque sabemos que para la narrativa del MVP no solo cuenta la tarea individual, sino también el éxito del equipo. Y que Denver haya conseguido el tercer lugar del durísimo Oeste, aún con todas esas bajas, sin dudas que favoreció las chances de Jokic. En gran parte, por mérito del propio pivote, claro está.

Nikola Jokic es el MVP de la NBA. Una frase que se esperaba por estas horas, pero que nos hubiera sorprendido a todos hasta hace no mucho tiempo. ¿El más improbable de todos los tiempos? Sin lugar a dudas.

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