No hay rival más peligroso que aquél que hace lo que ya sabes que hará y en la NFL, ese oponente tiene nombre y apellido: Kansas City Chiefs.
Después de un cierre de temporada regular, de un duelo de Ronda Divisional en el que su ofensiva batalló para anotar y después de irse abajo por nueve puntos en el primer cuarto del Juego de Campeonato de la AFC, el ataque dirigido por Patrick Mahomes fue imparable con destellos de ese ataque explosivo que les hizo ganarlo todo hace un año, como la recepción de 71 yardas de Tyreek Hill en una ruta cruzada en la que volvió a cruzar todo el campo tras atrapar el balón, o las 118 yardas que sumó Travis Kelce en 13 recepciones.
De hecho, los Chiefs que vencieron a los Buffalo Bills por en la Final de la AFC por el derecho de ir al Super Bowl LV son la versión más cercana, o quizá igual, en ofensiva y defensiva a la que ganó el Trofeo Vince Lombardi la temporada pasada.
Después de que los Bills anotaron una jugada después del balón suelto de Mecole Hardman al intentar atrapar una patada de despeje, la ofensiva de los Chiefs anotó en todas sus siguientes series, a excepción de las que pusieron fin a ambas mitades del partido.
Mientras, la defensiva de Kansas City, que fue la peor en zona roja en temporada regular, frenó al ataque de Buffalo y sólo permitió dos goles de campo e interceptó a Josh Allen para facilitarle el trabajo a Mahomes y compañía.
¿Suena familiar? Esto es lo que hicieron los Chiefs en los Playoffs de la temporada 2019 y lo replicaron ante los Bills: un ataque contundente y una defensiva que permitió dos touchdowns en cinco viajes de Buffalo a zona roja, el segundo ya con el triunfo asegurado.
Los Chiefs volvieron a ser el equipo contundente al ataque y que responde a la defensiva en el juego clave, luego de dejar dudas tras ganar sus ocho encuentros previos por seis o menos puntos.
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