NUEVA YORK -- Para variar, David Ortiz no fue abucheado en el Bronx. En su último juego en el Yankee Stadium, la casa de sus más acérrimos adversarios, el astro dominicano de los Medias Rojas recibió el jueves una ovación de pie que se prolongó durante 30 segundos. "Fue como si todos estaban felices de que me voy", dijo Ortiz. El estadio fue invadido por un numeroso grupo de fanáticos de Boston, que corearon "¡Pa-pi! Pa-pi!".  "Soy de los que piensan que cuando te acostumbras a algo y te va bien así, no vas cambiar nada", reflexionó Ortiz sobre su última visita a
Nueva York con el uniforme de los Medias Rojas. "Me acostumbre a los abucheos de ellos cada vez que salía a batear. Es raro cuando no te abuchean". "Este es un estadio memorable y esto no pasa todos los días", añadió Ortiz. Durante una ceremonia de unos cinco minutos, Ortiz recibió una pintura al óleo con su imagen y un libro de cuero con cartas escritas a manos por jugadores activos y retirados de los Yanquis. Fue una devolución de gentilezas. Los Medias Rojas homenajearon a dos baluartes de Nueva York cuando se despidieron del Fenway Park, como fueron los casos de Mariano Rivera en 2013 y el de Derek Jeter en 2013. Acompañado por su esposa Tiffany, su hija Alexandra y su hijo D'Angelo, Ortiz recibió el libro de manos del retirado pitcher de los Yanquis David Cone y del actual jardinero Jacoby Ellsbury, ex compañero suyo en Boston. El panameño Rivera entró en escena, se fundió en un abrazo con Ortiz y luego le ayudó a develar la pintura de Justyn Farano, la que muestra al dominicano frente al plata y saludando con la gorra al público en el Yankee Stadium. A sus 40 años, Ortiz planea retirarse al final de la temporada. Y sus Medias Rojas, que la noche previa aseguraron el título de la división Este de la Liga Americana, ahora van en busca de un cuarto campeonato de la Serie Mundial con Ortiz en la parte medular de su orden ofensivo tras las consagraciones de 2004, 2007 y 2013. En el juego, ganado 5-1 por los Yanquis, Ortiz se ponchó en el segundo inning ante CC Sabathia y luego recibió un boleto en el cuarto. Ahí se acabó la noche para Ortiz, al ser reemplazado por el corredor emergente Brock Holt. "Big Papi" recibió otra fuerte ovación en su trote de vuelta a la caseta de los Medias Rojas, y señaló con el brazo hacia la banca de los Yanquis como gesto de agradecimiento. Se fue en blanco en los 10 turnos que tuvo en esta serie de tres partidos, y lleva 14 turnos seguidos sin conectar hits contra los Yanquis. Pero en sus dos décadas de trayectoria en las mayores, Ortiz acumuló 53 jonrones en la temporada regular contra los Yanquis. Salvo uno, todos fueron con Boston, empatado en el cuarto puesto junto a Hank Greenberg y detrás de Jimmie Foxx (70), Ted Williams (62) y Manny Ramírez (55). Treinta y uno de sus jonrones contra los Yanquis fueron en el Bronx, empatado en el segundo lugar con Mickey Vernon, uno por delante de Williams y uno detrás de Goose Goslin. "El Yankee Stadium es mi lugar favorito para batear", dijo Ortiz. "La dimensiones son perfectas para un bateador zurdo de poder. "Toda la tensión de los juegos, toda la adrenalina de competir contra los Yanquis fue algo tremendo". Y Ortiz está por completar una de las mejores temporadas de un jugador a punto de retirarse. Batea para .315 con 37 jonrones y 124 impulsadas. También lidera las mayores en dobles, extrabases, slugging y OPS. "Estoy en calma conmigo mismo. Me preparé para vivir esto", señaló Ortiz. "Me siento súper orgulloso con este año. Las cosas han funcionado de una forma virtuosa".
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