Ramón Rodríguez..El Club Atlético Licey llega hoy a sus 106 años de gloria y tradición en el béisbol dominicano. La historia de los Tigres del Licey recoge una amplia y variada gama de logros en el béisbol que van desde 20 campeonatos ganados en el béisbol criollo, 10 Series del Caribe, en 27 oportunidades ha ganado el campeonato de la ciudad y en 17 ocasiones ha ganado la serie regular.
A esto se suma una legión de exjugadores, directivos, comentaristas y narradores que han sido ingresados al Salón de la Fama del Deporte Dominicano.
Es el equipo más viejo del béisbol dominicano, fundado el 7 de noviembre de 1907, recibe hoy un aniversario más como una franquicia totalmente transformada, dejando atrás el romanticismo, presentándose como una entidad mucho más madura y abierta a una diversidad de actividades sociales que complementa su presencia en el béisbol criollo.
Es por ello que Miguel Guerra Armenteros acuña la frase de que “Licey es algo más que béisbol”, para hacer énfasis en las múltiples acciones de carácter social que el club ha estado llevando a cabo en los últimos años.
Al llegar a 106 años de historia, el Licey ha ido cambiando, dejando atrás el romanticismo que hasta la década de 1980 le caracterizó y ahora se ha ido haciendo un poco más comercial, pero con una “gran responsabilidad social”, cuenta Guerra Armenteros, invitando a la vasta fanaticada añil a participar del programa de esta noche, la que declara como “festiva, antes, durante y después del partido” de hoy ante los Gigantes del Cibao.
Ve al Licey como “una entidad más madura y con el peso de presentar un espectáculo de primer orden”, por eso es que el club ha creado una serie de unidades de trabajo que tienen la responsabilidad de “hacer que todo marche bien”. “Es una mezcla de juventud y gente con experiencia” lo que tiene el club, desde su directiva hasta los mismos jugadores, añade Guerra Armenteros, el décimosexto presidente del club.
Entre estas cita a la unidad de Comercialización, Operaciones de Béisbol, el personal de transmisión, boletería y administración del estadio, personal de prensa y relaciones públicas, promociones y relaciones con la comunidad, así como el personal administrativo. Todas estas unidades cuentan con un personal suficiente y profesional para desarrollar sus tareas”, dice el presidente del Licey.
Recuerda que antes toda esa labor se concentraba en una persona, que era el presidente que estaba sentado en una oficina con una secretaria, encargándose de todo.
Como Guerra Armenteros, un hombre que creció en el Licey, su abuelo Ignacio Guerra fue el segundo presidente que tuvo el club en 1953 hasta 1957 y no fue hasta 1972 cuando visitó por primera vez el play para ver ganar el equipo.
Como él hay otras figuras dentro de las oficinas que llevan muchos años involucradas, como es el caso de doña Brunilda Rodríguez, secretaria administrativa, una mujer que ha celebrado los triunfos y sufrido las derrotas.
Brunilda lleva 20 años y ha servido a una legión de ejecutivos que han pasado por la presidencia del Licey.
Trabajo social
“El Licey es más que béisbol por el peso social que tiene esta institución en la sociedad”, sostiene Guerra Armenteros, quien pondera el trabajo que se hace con los campamentos donde niños y niñas participan cada verano en unas facilidades que el club ha levantado en la parte norte del estadio Quisqueya.
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