ESPN..SAN FRANCISCO -- Hace tiempo que el béisbol dejó de ser el pasatiempo nacional en Estados Unidos, para convertirse en un pasatiempo universal.
Y el ejemplo más claro fue el Clásico Mundial que finalizó el martes y en el que los estadounidenses ni siquiera avanzaron a las semifinales.
Ahí, llegaron dos equipos caribeños, un asiático y un europeo: República Dominicana, Puerto Rico, Japón y Holanda.
"Si algo hemos aprendido de este torneo, es que el béisbol no le pertenece en exclusiva a Estados Unidos", consideró el ex ligamayorista All Star puertorriqueño Carlos Delgado. "Es un deporte cada vez más globalizado a nivel mundial y la prueba son los resultados".
El martes se coronó Dominicana como nuevo campeón del Clásico Mundial de Béisbol, un torneo que perteneció a Japón en sus dos ediciones inaugurales.
Dominicana dio una muestra de poderío con marca invicta de 8-0 y un dominio casi total en cada partido, salvo el que más se indigestó contra Estados Unidos en la segunda ronda.
El Clásico fue suyo de punta a punta; derrotó en la final a Puerto Rico, su tercera victoria sobre ellos en menos de tres semanas.
No hay más. Si vencen tres veces de manera consistente, en todos los aspectos del juego, el significado es claro. La lección es que el mejor beisbol es de los dominicanos.
"Nos ganaron bien, hay que reconocerlo, son los que mejor pelota jugaron", dijo el jardinero puertorriqueño Ángel Pagán. "Trajeron pitcheo, abridor y de relevo, y un equipo completo de All-Stars con el bate".
Pero quizá la lección más grande del Clásico es que la pasión produce mejor beisbol que el pitcheo o que el bateo, como sucedió con la mayoría de equipos latinoamericanos.
"Dimos alma y corazón con mucho orgullo", manifestó el jardinero puertorriqueño Alex Ríos. "Estamos satisfechos de haber dado una alegría a nuestra isla".
Puerto Rico, un equipo que ha visto su beisbol profesional a la baja, mostró más que nunca que con ganas de jugar se puede ganar.
Eliminó a tres de los favoritos, Venezuela, Estados Unidos y el bicampeón Japón.
"Estamos satisfechos con el trabajo que hemos hecho, porque lo que hicimos con corazón", coincidió Pagán.
"Creo que esto servirá para que los muchahos estén más motivados para jugar béisbol allá en Puerto Rico", agregó. "De verdad creo que en este torneo todos hicieron tremendo trabajo".
Ninguno de los equipos latinoamericanos se guardó nada. Nadie hubiera creído que la mayoría de peloteros estaban en su tercera o cuarta semana de prácticas primaverales.
"Yo no sé qué van a hacer estos muchachos en las entrenamientos cuando regresen a sus equipos", dijo Delgado. "Quizá deberían darles por lo menos una semana de descanso. Esto fue como jugar playoffs".
"La intensidad fue mucho más allá de las expectativas", agregó. "Y todo eso por amor a tu país y a tus aficionados".
Delgado consideró que el Clásico tiene gran futuro, aunque como cualquier torneo joven, podría mejorar detalles de logística, de tiempos y movimientos.
"Podría jugarse en menos sedes, por ejemplo", opinó.
Delgado, quien jugó las primeras dos ediciones del evento, dijo que aceptaría gustoso otra invitación para ser parte del cuerpo de entrenadores de su país en el Clásico.
Igual consideró el jardinero Carlos Beltrán, quien después de jugar los tres Clásicos, ya piensa en el 2017, aunque de diferente manera.
"Si no llego como pelotero, me gustaría estar como coach", anticipó Beltrán, de 35 años.
Beltrán coincidió en que este torneo promueve el béisbol a nivel mundial.
Por ejemplo, recordó que Italia y Holanda vencieron a equipos considerados potencias, y que el subcampeón del 2009, Corea, ni siquiera avanzó a las semifinales.
"Estados Unidos batalló hasta el último partido de la primera ronda para avanzar", mencionó. "Y tampoco pudieron ir más lejos, otra vez".
El vicepresidente de negocios de las Grandes Ligas, Tim Brosnan, dijo que estaban comprometidos para realizar el torneo mejorado, corregido y aumentado en el 2017, después de que este año fue un éxito deportivo y económico.
La asistencia superó por casi 80 mil aficionados al 2009; 880 mil contra 801,410 personas con boleto pagado.
La segunda ronda, disputada en Miami y Tokio, totalizó 325,282 personas en los estadios, que representa 58% de incremento sobre la segunda ronda jugada en Estados Unidos cuatro años antes, de acuerdo cifras de los organizadores.
Los 44,526 fans que estuvieron en el partido entre México y Estados Unidos en el Chase Field de Phoenix rompieron la marca de asistencia en cualquier estadio en la historia del torneo.
Según las Grandes Ligas, el partido de campeonato estuvo disponible por televisión o radio en alrededor de 440 millones de hogares, en 200 países y territorios a escala mundial, y fue transmitido en 15 idiomas diferentes.
La semifinal contra Dominicana, fue el primer juego de beisbol de la historia transmitido por television abierta en Holanda.
Un total de 66 compañías en ocho países patrocinaron el torneo de manera global o regional comparadas con las 56 del 2009 y 26 del 2006.
La venta de artículos conmemorativos fue casi 20 por ciento mayor esta vez con respecto al 2009.
Y sobre todo, según el vicepresidente de Grandes Ligas, el nivel de juego y pasión por el beisbol fue inconmensurable.
"Estos muchachos hacen un bien al béisbol", dijo Brosnan. "Fue un evento hermoso, exitoso en todos los aspectos. Y sólo tiene espacio para crecer".
"Nosotros estamos comprometidos al 100 por ciento para organizar el Clásico Mundial de Béisbol del 2017".
El campeón del Clásico Mundial del 2013 fue reconocido por vez primera por Grandes Ligas y por la Federación Internacional de Béisbol.
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