Este es un buen momento para ser un relevista que ha demostrado habilidad en Grandes Ligas.
Por ese motivo, a los equipos con un presupuesto limitado quizás se les haga difícil reforzar el bullpen.
Agregar a un relevista de calidad - no estamos hablando de un cerrador
de renombre como el panameño Mariano Rivera - ha requerido mucho más
dinero en las últimas temporadas que en épocas anteriores y se espera
que así sea por largo rato.
Pero, dado la inconsistencia a la que son propensos, ¿valdrá la pena darle a un relevista un contrato largo y jugoso?
"Probablemente sea la inversión más arriesgada de todas si se trata de
un contrato a largo plazo", dijo el ex gerente general de los Indios y
Rangers, John Hart, quién ahora es asesor de Texas y comentarista de MLB
Network.
Los clubes están conscientes de los riesgos. El contrato de tres años y
US$21.5 millones que firmó el dominicano Armando Benítez con los
Gigantes antes de la campaña del 2005 es un ejemplo de un fracaso. Pero
los gastos no han disminuido.
El año pasado, el también dominicano Joaquín Benoit firmó con Detroit
por tres años y $16.5 millones. Su contrato allanó el camino para que
Jesse Crain, Scott Downs y Matt Guerrier consiguieran acuerdos de tres
años valorados entre $12 y $15 millones. El quisqueyano Rafael Soriano
pactó por tres años y US$35 millones con los Yankees para servirle de
preparador de mesa a Rivera.
Aunque no repartieron contratos a largo plazo como los que se vieron en
el 2010, los Gigantes invirtieron temprano este año para retener a los
relevistas zurdos Javier López y Jeremy Affeldt. El boricua López, de 34
años, renovó con San Francisco al firmar su primer contrato multianual
(dos años y $8.5 millones). Los Gigantes también ejercieron la opción de
$5 millones de Affeldt.
"Uno de nuestros puntos fuertes fue el bullpen", dijo el vicepresidente
de operaciones de béisbol de los Gigantes, Bobby Evans. "Nos mantuvo en
muchos juegos en los cuales nuestros bates no estaba produciendo y nos
dio tiempo para anotar tarde en los partidos".
En esta temporada baja, los taponeros han vuelto a ser el foco de
atención. Jonathan Papelbon recibió un acuerdo de cuatro años y $50
millones de los Filis y los Rangers firmaron a Joe Nathan por dos años y
$14.5 millones con un opción de $9 millones para el 2014. Ryan Madson,
el venezolano Francisco Rodríguez, Heath Bell, los dominicanos Francisco
Cordero y Frank Francisco y otros cerradores están en posición de
recibir contratos lucrativos en esta temporada muerta.
El gerente general de los Medias Rojas, Ben Cherington, quien ahora
enfrenta la tarea de reemplazar a Papelbon, dejó en claro su preferencia
a la hora de otorgarle contratos a relevistas cuando dijo, "Entre más
corto, mejor". Y el gerente general de los Filis, Rubén Amaro Jr.,
reconoció el riesgo de dar un contrato de largo plazo cuando habló
acerca de la adquisición de Papelbon.
"Cuatro años es un poco inquietante, pero tratándose de un jugador con
su pedigrí, experiencia y éxito, a veces tienes que esmerarte para
conseguirlo", dijo Amaro. "Consideramos que con su experiencia, su
historial de salud y la forma en que se cuida, era el riesgo adecuado.
Obviamente mientra más años se les da, más grande es el riesgo, pero
sentimos que valía la pena arriesgarnos".
El consenso es que el riesgo es comprensible si es un relevista
saludable y talentoso que ha demostrado habilidad, especialmente un
taponero.
Otros relevistas han conseguido contratos más cortos y de menos
cantidad. Hart destacó como ejemplo a los Diamondbacks, que firmaron a
J.J. Putz por dos años y $10 millones, y a los Rays, que le otorgaron a
Kyle Farnsworth un contrato de un año y $3.25 millones.
"Creo que los mejores acuerdos con los cortos. Quizás tengas que pagar
un poco más de dinero para poder competir", dijo Hard. "Creo que a largo
plazo, darle cuatro años como en el caso de algunos de estos muchachos
es tremendo riego".
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