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Julio Franco cumplió todas sus metas como jugador de béisbol durante 23 años, ahora también espera que la cosecha sea fructífera en su naciente carrera, como dirigente.
Así como en 1983 su promedio de .273 (598-153), con 24 dobletes y 80 remolcadas lo llevaron a ocupar el segundo puesto detrás de Ron Kittle en la disputa por el premio de Novato del Año de la Liga Americana, también espera que los logros que comienza a obtener en apenas su segundo año como manager lo lleven tan distante como hacerlo en el mismo escenario donde brilló: Las Grandes Ligas.
Y es que la conquista de la corona este año con los Caribes de Anzoátegui lo catapulta a comenzar a crearlo como una figura como dirigente, pues sus 23 años de servicio en Grandes Ligas, su promedio de por vida de .298, además de sus 2,586 imparables se encargaron de hacerlo como pelotero.
“Es una carrera nueva que espero con la ayuda de Dios poder desarrollarla hasta llegar a dirigir en las Grandes Ligas”, expuso Franco, cuyo éxito se refleja tan rápido como en su segundo año como estratega, pues llevó a los Caribes de Anzoátegui a la conquista del campeonato en el béisbol de Venezuela.
Aprendió con Bobby Cox“Si ya concluí mi carrera como pelotero y si me siento con la capacidad para dirigir, entonces porque no comenzar este nuevo eslabón en mi vida. El comandar en el Caribe ha sido una gran experiencia”, expuso Franco, quien también fue bendecido por la dicha de permanecer cinco años al lado de uno de los más connotados hombres que hayan comandado en las Grandes Ligas.
Se trata de Bobby Cox, el legendario estratega, quien permaneció 24 años comandando a los Bravos de Atlanta y se despidió en la campaña pasada. El dominicano permaneció desde el 2001 al 05 aprendiendo de las enseñanzas del sabueso mentor.
“No hay dudas de que con él ha sido con quien más he aprendido, me ayudó bastante”, expresa Franco, quien este año dirigió por segunda estación al equipo Gulf Coast Mets, liga de novatos perteneciente a los Mets de Nueva York.
Franco al frente de los Caribes se medía ayer al equipo de su nación, los Toros del Este de República Dominicana, que el miércoles cayeron ante el otro capataz dominicano en la Serie del Caribe, Eddy Díaz.
“No habrá melancolía con tener de frente a un equipo de Dominicana, en mi carrera en el béisbol cuando enfrentaba a un pitcher de mi país, así como acudía al pentágono con la firmeza de querer darle un buen batazo, él estaba en el montículo con la intención de poncharme o dominarme con facilidad”, señala Franco, quien vivió esos momentos en decenas de ocasiones.
“Esto es algo que aprendí en el béisbol, nunca miraba si mi oponente era dominicano, de Puerto Rico, panameño, mexicano, nada mi trabajo era tratar de conectar la pelota con autoridad, para eso me pagaban, asimismo me siento hoy (ayer), vine aquí para llevar este equipo a ganar y eso es lo que buscaré”, señala, el manager, quien hasta toma prácticas de bateo con sus jugadores.
“Estoy comenzando una nueva carrera y no sé cuándo la termine. Quiero pasar un año en Triple A, dos como coach, otro como coach de banca y luego ser manager en Grandes Ligas”, dijo, y agregó: “Cuando jugaba tenía la mente en el inning.
Ahora si estoy en el quinto voy pensando cómo trabajar el séptimo. Estoy preparado con muchas cosas que otros no tienen”, sostuvo el ganador del título de bateo de la Liga Americana en 1991, cuando bateó para .341 con los Vigilantes de Texas.
Dirigir en Dominicana Al igual que Eddy Díaz, Franco no ha recibido muchas llamadas para dirigir en el béisbol dominicano. Así como su logro con los Caribes lo catapulta en su nueva carrera, su nombre podría figurar en el interés de alguna franquicia del béisbol dominicano.
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