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"Es un sueño hecho realidad para todos"
La familia Alvarez disfrutó en grande el debut de Pedro hijo
PITTSBURGH - Pedro Alvarez padre se encontraba en el duguot de los Piratas antes del debut de su hijo, disfrutando el ambiente de Grandes Ligas.
Acababa de llegar de la rueda de prensa que realizara Pedro hijo. Ahora, con el resto de la familia Alvarez en las gradas del PNC Park, el dominicano se encontraba solo.
Vio a su hijo, criado en Nueva York, salir del túnel hasta la cueva, hacer sus ejercicios y después sus prácticas en el cuadro antes del partido. Alvarez Sr. no dijo mucho con las palabras, pero su mirada y su sonrisa comunicaban bastante.
En algún momento se le acercaron varias personas que querían felicitarlo por la llegada a Grandes Ligas de su hijo, y para preguntarle sobre los sacrificios que hizo trabajando horas extras como taxista para ayudar a financiar el interés de Pedro Jr. en el béisbol.
Una pregunta fue sobre qué podía esperar para el Día de los Padres, que será el domingo en Estados Unidos.
"Esto", contestó.
El primer partido en la Gran Carpa de Pedro Alvarez hijo, gran prospecto y segunda selección del draft amateur del 2008, fue algo en familia. Sus padres, su hermana Yolayna y su prometida habían estado con él el martes cuando el tercera base recibió la noticia de que iba para el equipo grande en Pittsburgh.
Todos lo acompañaron desde Scranton Wilkes-Barre, Pennsylvania, hasta Pittsburgh, un viaje de cinco horas en automóvil.
"He esperado toda mi vida para que esto suceda, y ahora estamos aquí", dijo Alvarez padre. "Fue una emoción que me hizo recordar todo acerca de Pedro desde cuando comenzó a jugar hasta ayer. Lo resumió todo."
Hubo entre 20 y 30 personas entre familia y amigos de Alvarez hijo presentes en el estadio, muchos de los cuales hicieron el viaje de siete horas en auto desde Nueva York, incluyendo al coach del pelotero en la escuela secundaria, Matt Russo.
"Siento que todo el trabajo duro ha dado sus frutos", dijo Yolayna. "Es un sueño hecho realidad para todos. Claro, soy su hermana, pero no creo que nadie se lo merezca más que él. Es un gran muchacho y un gran hermano."
Al escuchar las palabras de la familia, uno se queda con la impresión de que anticipaban este día desde hacía muchos años. Cuenta Alvarez que le pedía a Dios dos hijos. Quería que el primero fuera varón, para que pudiera jugar béisbol. Y esperaba que el segundo fuera hembrita. Se le dio eso, y mucho más.
"Todo lo que hice no fue sacrificio, ahora que veo que ha rendido sus dividendos", dijo Alvarez Sr. "En cuanto vi que Pedro tenía suficiente conocimiento del juego, sabía que iba a ser una estrella.
Es algo que siempre se lo pedí a Dios. Estoy muy orgulloso de él, sobre todo que haya podido manejarlo todo y al mismo tiempo mantener la misma personalidad y ser la misma persona sencilla que siempre ha sido. Aquí está."
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