jueves, 5 de marzo de 2009

MANNY IS MANNY, VUELVE A LA.............

MLB.COM
Los Dodgers de Los Angeles obtuvieron lo que necesitaban obtener y pagaron lo más que estaban dispuestos a pagar, y en el proceso se convirtieron una vez más en los favoritos en el Oeste de la Liga Nacional. Buen trabajo de los Dodgers, especialmente en marzo.
El largo cortejo entre los Dodgers y Manny Ramírez finalmente resultó en la firma de un contrato. El acuerdo por dos años y $45 millones no es dramáticamente diferente a la oferta inicial que Los Angeles le había hecho a Ramírez hace cuatro meses.
Ramírez obtuvo una cláusula que le da la opción de salirse del contrato después de una temporada en este, algo que significa una concesión por parte de los Dodgers. Pero a menos que el rumbo general de la economía cambie completamente durante los próximos siete meses, esa cláusula no será tomada por el toletero dominicano. Y ese probablemente es el punto clave de este acuerdo.
Cuando este proceso comenzó, Ramírez y su agente, Scott Boras, estaban buscando un contrato mucho más grande del que cualquier equipo les ofrecía - un contrato por cuatro- o cinco temporadas con un valor de $25 millones por año. Por lo tanto, la oferta inicial de los Dodgers de $45 millones por dos años lucía un tanto pobre.
Ramírez era, después de todo, un futuro integrante del Salón de la Fama, y venia de tener una impresionante actuación de 53 juegos para Los Angeles en los cuales bateó para .396 con 17 jonrones y 53 carreras producidas y una postemporada en la que bateó aun mejor que eso. Había transformado el orden al bate de los Dodgers y había sido la principal razón por la que Los Angeles llegaron a la postemporada.
Además, su conducta durante su estadía en Los Angeles fue más que aceptable. El tumulto y el circo que caracterizó sus últimos días con los Medias Rojas de Boston quedó atrás, a cambio de un bien portado y hasta encantador Ramírez, quien se convirtió en una presencia positiva en el clubhouse para sus compañeros más jóvenes. Y Boras es el agente con la mejor reputación de obtener hasta el último dólar disponible para sus clientes. Seguramente, todos estos factores juntos resultarían en un contrato mucho más extenso y millonario.
Pero no fue así, aunque $45 millones de dólares no parecen tan mal, particularmente en esta época de recesión económica. Existieron dos factores en contra de Ramírez que incluso fueron más grandes que su indisputable talento.
Uno era el hecho de que cumpliría 37 años en mayo. En el caso de un jardinero cuya defensa algunas veces no parecía ser una prioridad personal, la idea de pagarle altas cantidades de dinero a un pelotero cerca de sus 40's no parecía muy atractivo. Pero más allá de eso estaba el mal estado de la economía y un receso de temporada en la cual la dirección de las noticias económicas iba de mal en peor.
Parecía que este era el mejor invierno para convertirse en agente libre si estabas en los planes de los Yankees. Ese concepto dio resultado para tres jugadores que juntos le hicieron gastar a los Mulos $423.5 millones. Pero más allá de eso, pese a la reciente prosperidad record del béisbol, la mayoría de los clubes actuaron con gran cautela en lo que se refiere a limitación fiscal. Por lo tanto, el mercado de Manny nunca fe lo que se esperaba. De hecho, más allá de los reportes acerca del interés de los Gigantes de San Francisco, la posibilidad de que Manny firmara con otro equipo que no fueran los Dodgers parecía casi nula.
Aún así, Ramírez tenía un valor obvio para los Dodgers, valor que había sido demostrado la temporada pasada. Si bien no pudo llegar a la cifra de los $100 millones, obtuvo lo que para cualquier mortal pudiera significar un sueño. Todo es relativo, por supuesto, pero $45 millones no pueden ser considerados como un insulto.
Esta es la razón por la que los Dodgers parecieron haber obtenido una doble victoria en el proceso. Ellos hicieron lo que para ellos era una propuesta justa y generosa. Necesitaban a Ramírez en su alineación, y ambas partes lo sabían. Pero ante la ausencia de más postores con ofertas más altas, no se vieron en la necesidad de aumentar el valor de la oferta o añadir más años a ella. No había necesidad de desesperarse, y nunca lo hicieron.
Y al final, fueron capaces de retener los servicios de un jugador que era una necesidad en su orden al bate. Ramírez fue tan bueno en la segunda mitad de la temporada 2008 que se convirtió en ese extraño pelotero que hizo a los jugadores a su alrededor jugar mejor. Más allá de la economía, de las medidas y problemas fiscales, tuvo mucho sentido para él haberse quedado con los Dodgers. A Manny le agradaban los Dodgers, a los Dodgers les agradaba Manny; un nivel de comodidad mutuo se había establecido. Este era el destino lógico para Ramírez, sin importar el estado actual del mercado.
Este pacto no significa de ninguna manera una ganga, pero tampoco los Dodgers cayeron en la trampa de ofertar en contra de ellos mismos. Obtuvieron lo que necesitaban a un precio que ellos mismos habían establecido hace meses. Con todo su talento joven y ahora con Manny Ramírez de regreso en su lineup, su inmediato futuro luce más que brillante.

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