ALEXANDER GOMEZ..SANTO DOMINGO
(Licey.com).-Israel Jiménez, ferviente seguidor de los Tigres del Licey y que
por muchas temporadas asistió a los estadios provisto de un megáfono para
animar el conjunto, falleció en esta ciudad a la edad de 102 años y siete
meses.
Su deceso ocurrió en
su residencia del Ensanche Luperón, que compartía con una de sus hijas que lo
cuidaba. La misma se produjo luego de una caída.
Nacido el 14 de
agosto de 1909, un año y 10 meses después de la fundación del Club Atlético
Licey, don Israel se hizo seguidor del conjunto azul a la edad de nueve o 10
años, según relató en septiembre del año pasado en una entrevista para el
primer número de la revista “Licey The Mazagine”, la que presentamos a
continuación:
Su fervor por el club
de las más famosas cinco letras del béisbol caribeño, que se arraigó en él a
sus escasos ocho o diez años, perdurò sobre el ebanista de fina manufactura que
encarnó por más de 30 años.
Bailarín profesional
que el dictador Rafael Trujillo envió a Puerto Rico a promocionar el merengue y
la mangulina; y al ‘mejor hacedor a nivel mundial’ de espuelas para lidias de
gallos, con lo que hizo mucho dinero.
“A la edad de ocho o
diez años, yo comencé a oír hablar del Licey, porque entonces, los equipos que
existían no me interesaban, pero esas cinco letras se me impregnaron de tal
forma, que me hice liceísta de una vez”, dijo Israel el otoño pasado.
En su larga vida como
liceísta, nada le brindó más alegría y júbilo, como la corona ganada por el
equipo de sus amores en 1929, cuando había una diferencia de siete juegos y el
Escogido se consagraba campeón con una victoria más.
“Entonces, el Licey
salió ‘pan, pan, pan’, le metió los siete y ganamos el campeonato del ’29: esa
fue la satisfacción más grande que he sentido en mi vida”, afirmó Jiménez.
Otras de las facetas
como liceísta de Jiménez son, su reconocimiento como “el fanático de la
‘bocina” y la famosa cena de “las guineas” que hacía todos años para los
directivos del Licey, que iban acompañados de sus esposas, como el presidente
Monchín Pichardo, el ingeniero Tancredo Aybar y su esposa “que nunca faltaba”,
el periodista Max Reynoso, quien siempre lo mencionaba en su famoso programa
radial “Amalgama de Colores en la Pelota”, entre otros.
Lo de “la bocina”
data de la década del 50. La primera que usó Jiménez fue la de un fonógrafo, el
tocadiscos de la época y que era “de hojalata” o estaño, que se lo regaló una
señora llamada Vitalia. Luís Alfau (uno de los mentores del Escogido) me
llamaba “el carpetoso”, porque no me estaba tranquilo nunca, dando carpeta con
la bocina”, afirma.
“Somos muchos y no sé si haya quien tenga más
edad que yo, pero fanáticos superior a Israel Jiménez, no los busquen en
República Dominicana, porque no lo hay”.
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