jueves, 3 de diciembre de 2020

SIN PIES Y SIN CABEZA


HABÍA VENDEDORES DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS


SOLO LOS SCOUT PODÍAN ESTAR EN PALCOS A


Por Osvaldo Franco
Es lo que está sucediendo durante la pandemia en los deportes de masas de la República Dominicana, una imagen dice más que cien palabras, estoy totalmente de acuerdo.

La semana pasada, el sábado específicamente, me di un bureo por el Estadio de Fútbol Cibao y por el Estadio Cibao, Aguilas Cibaeñas, como edecán del buen amigo William Aish, editor deportivo del periódico Nuevo Diario.

Los Delfines eliminaban a Cibao FC en un cerrado duelo, donde al final, con los ánimos caldeados se produjo una trifulca entre jugadores, el éxtasis de la victoria y la agonía de la derrota confluyeron, simple y sencillamente.

Los Leones del Escogido pintaron de blanco a las Águilas en el valle de la muerte o del llanto, como usted prefiera.

Entrando en materia, con el Termómetro Infrarrojo PCE-FIT 10, en mano me recibieron en la casa del Cibao FC, William y yo, motivado por mi, pues ya el capitalino esperaba a los encargados de prensa del equipo local para acceder, nos colamos detrás de Plutarco Arias, Ministro de Salud, a quien dedicaron el partido.

Ese aparatito que se lo ponen a cada uno de nosotros en supermercados, clínicas, farmacias, bancos, donde quiera, para no abundar mucho, parece una pistolita de las películas de ciencia ficción de los años 60 y 70.

Ya en las graderías centrales, le dije a mi amigo, vamos a sentarnos en este rincón, así yo podré quitarme esta vaina, la mascarilla, se acerca un militar y con mucha decencia me dice “Debe ponerse la mascarilla”, más rápido que de carreras me puse el asunto. En eso los Delfines en el tiempo agregado de la primera mitad anotaron el gol que sepultó a los naranjas locales.

Yo, tratando de ser buen anfitrión, amante de la pelota, le dije a mi buen amigo, vámonos “pal pley”. Allí nos recibieron con el mismo aparatito, pero, el ambiente era lúgubre, muy diferente al vivido en la casa de estudios.

Entramos por el área de prensa y llegamos a las gradas donde están ubicados los cronistas deportivos, con mucho protocolo, distanciados y con mascarillas.

Tal cual tome la foto en el juego de fútbol, baje al pasillo para hacer lo mismo con las gradas, vacías, que Diloné y una rumba más, ponía a vibrar, claro está, frente a Licey.

Escuche la voz de un colega local que me dijo, “Hey Charlie no puedes estar ahí, es prohibido bajar al pasillo, no bien terminó de decirlo cuando se acercó una de las damas de seguridad, de buen por venir por cierto y cerró la puertecita que comunica a los palcos doble A con los pasillos.

Sin pies y sin cabeza es para mi que en uno sí y en otro no, pues si en el fútbol con la famosa pistolita y la mascarilla se resuelve, como no en la pelota.

Para concluir, esto va de ñapa, los cronistas tienen prohibido comer o beber en el área asignada, sin embargo los familiares de los peloteros pueden hacer lo que le venga en gana, justo al lado de ellos.

Le dije a mi amigo, un muchacho bueno, vámonos de aquí, pues esto es “Sin Pies y Sin Cabeza”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario