martes, 18 de febrero de 2014

Canó atrae una multitud a entrenamientos de Seattle;




DESDE EL DESIERTO..MLB..PEORIA, Arizona -- Robinson Canó se paró sobre una pierna y estiró un brazo, como lo hicieron sus compañeros de Seattle durante el estiramiento previo a la práctica. Y el "clic" de las cámaras fotográficas comenzó a sonar.

Numerosos fanáticos, que llevaban el jersey con el número 22 del dominicano apuntaron sus teléfonos inteligentes incesantemente hacia Canó. Lo mismo hicieron los fotógrafos de la prensa, en todo momento de la práctica.

El intermedista atrajo a una multitud y fue el centro de atención el martes, durante su primer entrenamiento con los Marineros. Canó seguramente está acostumbrado a la fama. Después de todo, viene de los Yankees de Nueva York.

"Fue incluso más divertido de lo que pensaba", dijo Canó luego de la sesión. "Me sentí abrazado por mis compañeros, los coaches, el manager, los ejecutivos. Siento que soy parte ya de este equipo. No tardaré mucho en acostumbrarme a este uniforme".

Los seguidores de Seattle se han brindado ya al toletero.

Unos 200 asistieron al complejo de entrenamiento del equipo para ver de cerca a la nueva piedra angular de la franquicia, mientras hacía estiramientos, lanzaba la bola y fildeaba durante una cálida y soleada mañana.

Canó firmó un contrato por 10 años y 240 millones de dólares para asumir un papel protagónico en la reconstrucción de los Marineros.

En su primer día, los fanáticos lo siguieron de un lugar a otro.

"Hay mucha más gente que en otros años", opinó Matt Massot, de 18 años y residente en Seattle, quien llevó una camiseta de Canó al entrenamiento. "Cuando incorporas a Robinson Canó, la cosa no podría ser más emocionante".

Los aficionados de Seattle, que celebran ya la coronación inédita del equipo de fútbol americano en el Super Bowl, esperan ahora que la contratación de Canó derive también en éxitos para el club de béisbol. Los Marineros perdieron 101 juegos en 2008 y esa misma cifra en 2010.

La temporada anterior, tuvieron una foja de 71-91 con un joven roster que quedó 24 juegos debajo de Oakland en la División Oeste de la Conferencia Americana. En su primer año, el manager Lloyd McClendon trata de elevar las expectativas entre los peloteros, una misión en la que contribuirá sin duda Canó.

El camarero de San Pedro de Macorís eligió a Seattle, en vez de quedarse en los Yankees, donde las expectativas son siempre estratosféricas.

Uno de los mensajes que quiero enviar a mis jugadores es que no debemos ocupar un lugar secundario respecto de nadie, y eso incluye a los Yankees o a cualquier otro club", dijo McClendon.

Canó eludió una pregunta sobre cuánto tardarán los Marineros en ser contendientes por un título.

"No quiero decir que estamos cerca, pero sé que tenemos un buen equipo que puede competir", dijo. "Tenemos a jóvenes talentosos. No quiero decir que vamos a estar en el primer lugar, en el segundo o en el último. Quiero enseñar a estos chicos todas las cosas que aprendí en Nueva York, las experiencias que tengo y lo que se requiere para llegar a los playoffs y ganar un campeonato".

PEORIA, Arizona – El 14 de septiembre del 2008 en un partido entre los Yankees y losRays, Robinson Canó no le llegó a un rodado conectado por Cliff Floyd, quien aprovechó para llegar a la segunda base cuando el dominicano no corrió fuerte hacia la bola en los jardines.

El manager de Nueva York, Joe Girardi, sentó a Canó para el resto de dicho juego y para el día siguiente.

Al fin y al cabo fue un incidente que no tuvo mayores consecuencias, por lo menos a corto plazo. Canó reanudó su excelente producción en el 2009 para ayudar a los Yankees a ganar la Serie Mundial y continuó siendo un pilar del lineup neoyorquino hasta que se fue a Seattle vía la agencia libre este invierno.

Sin embargo, en días pasados el coach de bateo de los Yankees, Kevin Long, revivió la controversia de una supuesta falta de “joseo” de Canó al alegar que el segunda base no le corre con suficiente esfuerzo a la primera base al conectar rodados de out y que eso lo hace lucir mal.

En su primer día con su nuevo equipo, Canó no quiso hablar del tema al preguntársele por el particular.

“No voy a hacerle caso a eso”, dijo el pelotero de 31 años, que empieza la primera temporada de un contrato de 10 años y US$240 millones que firmó con los Marineros. “Sólo quiero hablar de Seattle. Lo que sea que hayan dicho ellos, no voy a ponerle caso”.

Canó tiene el talento para hacer lucir muy fácil lo que para muchos es bien difícil. La imagen del dominicano casi “flotando” hacia un rodado por la segunda almohadilla y haciendo un tiro fuerte y preciso a la primera se convirtió en una constante en el Bronx desde el 2005 hasta el año pasado.

A veces se produce la idea de que Canó no se está esforzando mucho. “Ese es mi estilo”, nos dijo el intermedista durante los playoffs del 2009, a poco más de un año de la mini-controversia con Girardi.

Ese “estilo” rindió no sólo un gran alcance y un fuerte brazo en la segunda base—Canó ganó Guantes de Oro tanto en el 2010 como el 2012—sino también un bate que solía producir unos 30 jonrones, 100 empujadas, promedio de .300 y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) entre .850 y .910 durante la mayor parte de su carrera en los Yankees.

“En el gran panorama, ¿preferiría tener a un muchacho que juegue 160 partidos bateando .300 y empujando más de 100? Aceptaré eso”, dijo el nuevo manager de Canó en Seattle, Lloyd McClendon.

En otras palabras, McClendon quiere que Canó, todo un veterano, sea su propio “policía” en ese sentido. Y si llega a dejar de correr al 100% de vez en cuando el out sea seguro–con tal de mantenerse bien de las piernas y con una energía aceptable durante una temporada maratónica–que así sea.

“Hay un elemento humano en este juego”, dijo McClendon después de la primera práctica de Canó con los Marineros. “Si das un rodado a la segunda, te baja la cabeza y estás decepcionado. Recuerdo (como jugador) que yo daba un elevadito y, enojado, no corría a la primera.

“¿Es vagancia eso? No creo”.

Cuando se le preguntó sobre el particular, McClendon se vio bastante molesto y dijo que no tocaría más el tema. Pero dejó a todos con esto:

“Una cosa que a mí me enseñaron es que te preocupas por tus peloteros, no los de otro equipo. No sabía que él (Long) era el portavoz de los Yankees de Nueva York.

“Lo que a mí me preocupa es lo que haga Robinson Canó vistiendo el uniforme de los Marineros de Seattle. No me importa un carajo lo que hizo con los Yankees”, continuó el piloto. “Tuvimos una excelente plática y él quiere ser muy productivo vistiendo el uniforme de los Marineros de Seattle. Quiere ser muy buen compañero.

“Cuando alguien ataca a uno de mis peloteros, lo voy a defender. Si él no te cae bien…” Aquí no podemos completar lo que dijo McClendon, por cuestiones de etiqueta. Pero ya se imaginan que fue algo fuerte para defender a Canó.

Estoy de acuerdo con su postura. Y de paso, me parece que fue la mejor forma de McClendon de iniciar la Era Canó en Seattle.

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