miércoles, 24 de abril de 2013

Gobernar desde las gradas: el béisbol en República Dominicana



FANUTLY GARRIDO..De acuerdo con la teoría ricardiana de las ventajas comparativas, aun cuando una nación produzca en mayor volúmen todos los bienes que requiere y consume, terminará especializándose en aquellos en los que tiene una ventaja comparativa. Es decir, en los que sus costos relativos (no absolutos) son menores que otras naciones.
Si aplicamos este simple principio “CeterisParibus”, es decir, dejando las demás variables constantes, entonces nosotros deberíamos dedicarnos de forma importante a la formación de atletas (sobre todo, aunque no exclusivamente, en béisbol); y más específicamente a obtener beneficios importantes alrededor del desarrollo de actividades deportivas en las que participen nuestros atletas.
De acuerdo con cifras difundidas recientemente por las Grandes Ligas, “el porcentaje de jugadores nacidos fuera de Estados Unidos descendió a 27.7% con respecto al 28.8% del año pasado en los “rosters” presentados para el primer día de la campaña. En base a las nóminas hasta el lunes 6 de abril, 231 de los 833 jugadores nacieron en el extranjero. La cifra ha ido en descenso tras el pico histórico de 29.2% en 2005.
Al frente de la representación extranjera sigue la República Dominicana con 86 jugadores, cinco más que el año pasado. Pero son 12 menos con respecto a 2007.
Venezuela, en cambio, mantiene una espiral de ascenso.
Los 58 que iniciaron esta campaña constituyen una cifra récord y un aumento de seis al compararse con el año anterior. Puerto Rico, tercero con 21. Japón (14), Canadá (13), México (12), Cuba (7), Panamá (5), Australia (4), Taiwán (3) siguen en ese orden. Colombia, Corea del Sur, Curazao y Nicaragua completan la lista con dos jugadores cada uno. Si analizamos en frío estas cifras quiere decir que aún en el año que más jugadores tuvimos en las grandes ligas no superaron el centenar de atletas. Donde obviamente la gran mayoría son jugadores que permanecen en promedio 7 años por lo que el número de jugadores nuevos que ingresan es supremamente reducido.
La pregunta entonces es: ¿cómo está el Estado garantizando que todos los demás que no llegaron al “Big Show” con 18 o 20 años tengan las herramientas profesionales y entrenamiento técnico para ganarse la vida dentro o fuera del béisbol?

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